PARÍS.- Estados Unidos fue en 2018 y será de
aquí a 2024 el gran protagonista en la producción mundial de gas,
mientras China fue y será el gran protagonista en el consumo, hasta el
punto de que absorberá el 40 % del incremento previsto en ese periodo,
según la AIE.
En su informe anual sobre el gas
publicado este viernes, la Agencia Internacional de la Energía (AIE)
explica que el pasado fue "otro año de oro" en este mercado, con un
incremento del 4,6 % (el doble de la subida de la demanda energética
global), algo que no había ocurrido desde 2010.
China y Estados Unidos supusieron el 70 % de ese tirón,
que se debió al buen comportamiento de la economía, pero también a la
sustitución de muchas centrales de carbón por otras de gas y a unas
condiciones climatológicas que alimentaron las necesidades energéticas.
Esa
situación excepcional no debería repetirse, sino que se volverá a una
evolución similar a la que se daba hasta 2017, con una progresión anual
del 1,6 % hasta 2024, según esta agencia, que reúne a la mayor parte de
los países de la OCDE.
La política china para luchar
contra la contaminación -con el cierre de instalaciones de carbón- hará
de ese país el principal vector de la expansión del gas, con una subida
media anual del 8 % en ese periodo, que podría parecer contenida si se
compara con el 14,5 % en 2017 o con el 18,1 % en 2018.
Si
se le suman el resto de los países de Asia-Pacífico (en particular
Bangladesh, India y Pakistán), representarán el 57 % del aumento del
consumo en esos seis años. El conjunto de esa región pesará en el
horizonte de 2024 casi una cuarta parte del total mundial, prácticamente
lo mismo que Norteamérica.
Estados Unidos es la otra
gran estrella del paisaje gasístico con una producción que dio un salto
del 11,5 % en 2018 (el mayor ritmo de alza desde 1951) y que seguirá en
esa línea.
Aportará casi el 40 % del gas suplementario
que se ponga en el mercado en el periodo de la previsión, hasta superar
el listón de un billón de metros cúbicos en 2024, casi la cuarta parte
del total mundial. A eso contribuirán de manera importante sus
yacimientos de esquistos.
Esa producción no se dirige
ya únicamente al mercado interior, sino que Estados Unidos se está
convirtiendo en el líder mundial de las exportaciones de gas, tanto por
gasoducto hacia México, como por barco en forma de gas natural licuado
(GNL).
Las exportaciones estadounidenses de GNL, con
113.000 millones de metros cúbicos en 2024, superarán entonces las de
Catar y Australia. En paralelo, China habrá pasado a ser el principal
importador, con 109.000 millones de metros cúbicos, por delante de
Japón.
Europa es la otra cara de la moneda, con una
demanda que permanecerá estancada (538.000 millones de metros cúbicos en
2024 frente a los 536.000 de 2018), debido a que tiene una economía
"madura" ya muy industrializada y a la creciente importancia de las
renovables en la generación eléctrica.
Simultáneamente,
el Viejo Continente será la única región del mundo que verá cómo sus
yacimientos en explotación se agotan (se pasará de extraer 250.000
millones de metros cúbicos el pasado año a 202.000 en 2024), de modo que
su dependencia de las importaciones aumentará.
La
producción en Oriente Medio continuará ascendiendo a un ritmo estable,
pero el grueso de esos nuevos volúmenes irán destinados a las
necesidades interiores de países de la región, sobre todo Irán y Arabia
Saudí.
Los autores del estudio constatan que los
precios del gas tienden a converger en las principales áreas de consumo
gracias al buen aprovisionamiento de los mercados, con una ligera
excepción en el caso de Asia, que sufre picos de volatilidad en razón de
una gran estacionalidad del consumo.
La expansión del
GNL debe contribuir a esa tendencia de reducción de las divergencias de
precios al favorecer una mayor flexibilidad gracias a los envíos por
barco.
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