PEKÍN.- China ha reducido los sectores y
actividades económicas sujetas a restricciones para los inversores y
empresas extranjeras, en un nuevo paso hacia la apertura de su economía,
informaron hoy las autoridades del país.
La Comisión
Nacional de Desarrollo y Reforma (CNDR) publicó hoy en su página web
una actualización de la lista con los sectores restringidos a la
inversión extranjera, la llamada "lista negativa", que contiene ahora 40
actividades limitadas o cerradas a la inversión exterior frente a las
48 del documento anterior, que entró en vigor en julio del año pasado.
La CNDR especifica que las agencias nacionales de
transporte marítimo, gas y calefacción en ciudades de más de 500.000
personas ya no necesitan ser controladas por entidades chinas.
También ofrece un acceso más amplio en la exploración de petróleo y gas, agricultura, servicios, minería y manufacturas.
También se prevé que los inversores extranjeros puedan desarrollar
negocios con mayoría accionarial o de propiedad absoluta -hasta hace
poco debían establecer colaboraciones con empresas locales para operar
en China- en más sectores.
La nueva lista entrará en vigor a partir del 30 de julio de 2019.
La decisión llega justo un día después de la reanudación de las
negociaciones comerciales acordada entre los presidentes de los dos
países, Xi Jinping y Donald Trump, durante la cumbre del G20 en Osaka
(Japón) para dar salida a la guerra comercial que enfrenta a los dos
países desde el año pasado.
La reducción de los
sectores o actividades vetados o restringidos a la inversión exterior ha
sido en los últimos años uno de los campos de batalla de las empresas
extranjeras presentes en China, especialmente las europeas y
estadounidenses.
Esas compañías, junto con sus
gobiernos o instituciones de la UE, se han quejado a Pekín de la falta
de reciprocidad en el acceso de las empresas a sus respectivos mercados,
dado que las firmas chinas gozan de subsidios y de muchas más
libertades para operar, invertir o comprar entidades sus territorios.
El encuentro entre Trump y Xi de este sábado dejó entrever la intención
de ambos mandatarios de volver a acercar posturas tras la aparente
ruptura de las negociaciones en mayo y el posterior intercambio de
aumentos arancelarios.
Como resultado del encuentro,
Washington frenó la imposición de nuevos aranceles a China y accedió a
permitir que las empresas estadounidenses vendan productos a la
tecnológica Huawei.
Asimismo, Trump aseguró al
término de la reunión que China había accedido a comprar "grandes
cantidades" de productos agrícolas de Estados Unidos, aunque Pekín ya
asumió ese compromiso en diciembre pasado, como parte del acuerdo para
iniciar negociaciones comerciales que Trump y Xi alcanzaron en Buenos
Aires.
Las tensiones entre las dos partes tienen su
origen en el desequilibrio de la balanza comercial a favor de China, que
exporta 419.000 millones de dólares más de lo que importa desde EEUU.
El último capítulo del enconamiento del conflicto fue otra ronda de
subidas de aranceles: EEUU los elevó del 25 % para 200.000 millones de
dólares en importaciones chinas, a lo que Pekín respondió con 60.000
millones en nuevas tasas.
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