VILNA.- El Banco Central Europeo (BCE) frena de nuevo la
normalización de la política monetaria y se plantea cambiar de dirección
al posponer, al menos, seis meses la subida de los tipos de interés y
discutir, incluso, una bajada del tipo de interés de depósito y volver a
comprar deuda.
El presidente del BCE, Mario Draghi,
dijo este jueves en una conferencia de prensa en Vilna que el Consejo de
Gobierno discutió una bajada del tipo de interés de depósito, el que
cobra a los bancos por el exceso de reservas, que está en el -0,4 %
ahora.
Tras la reunión del Consejo de Gobierno en la capital de
Lituania, Draghi afirmó que también discutieron reactivar el programa
de compra de deuda.
El BCE dejó de comprar deuda en enero y tan sólo seis meses después se plantea volver a hacerlo.
El presidente del BCE añadió que la política monetaria del BCE está
lejos de la normalización porque el resto del mundo está también lejos
de la normalidad.
El BCE ha decidido por unanimidad
posponer la primera subida de los tipos de interés hasta bien entrado
2020, como mínimo hasta después del primer semestre.
La entidad retrasa por segunda vez la primera subida de los tipos de
interés en la zona del euro desde 2011 porque en marzo dijo que los
mantendría ahí hasta finales de 2019 y anteriormente había indicado
durante bastante tiempo que los mantendría hasta después del verano de
este año.
La entidad seguirá prestando a los bancos
al 0 % en las operaciones semanales de refinanciación y a un día al 0,25
% (facilidad marginal de crédito) y les seguirá cobrando un 0,4 %
(facilidad marginal de depósito) por el exceso de sus reservas a un día.
Cuando el BCE comience a subir los tipos de interés, será primero en el
tipo de depósito, pero si ha discutido una bajada, esa subida cada vez
parece más lejana.
El BCE ha reaccionado así después
de que la Reserva Federal (Fed) abriera esta semana la puerta a un
recorte de los tipos de interés en EEUU para contrarrestar los efectos
del aumento de las tensiones comerciales de este país con China y
México.
El euro subió en un primer momento por encima
de 1,13 dólares, pero volvió a caer cuando Draghi explicó que se ha
discutido una bajada de los tipos de interés a los depósitos bancarios y
reactivar el programa de compra de deuda de la zona del euro.
Dado que la Fed ya ha comunicado una bajada del precio del dinero, una
reacción más suave del BCE hubiera apreciado al euro, algo que no
interesa a las empresas exportadoras.
La Fed cambia
la dirección de su política monetaria, pero ya ha llevado a cabo su
normalización. En cambio, el BCE no ha normalizado todavía la suya y se
plantea ahora volver a expandirla aún más.
El BCE ha
revisado al alza una décima las previsiones de crecimiento de la zona
del euro en 2019, hasta el 1,2 %, (1,1 % previsto en marzo).
Aunque las baja para 2020 dos décimas hasta el 1,4 % (1,6 % en marzo) y una décima las de 2021 hasta el 1,4 % (1,5 %).
En marzo, el personal del BCE había revisado a la baja notablemente sus pronósticos de crecimiento para este año, seis décimas.
Ahora, sube una décima sus previsiones de crecimiento e inflación para
este año, porque las cifras del primer trimestre han sido mejores de lo
esperado.
La zona del euro creció en el primer trimestre un 0,4 %, respecto al anterior, más de lo esperado.
"Sin embargo, los datos económicos disponibles y la información de
encuestas señalan un crecimiento algo más bajo en el segundo y tercer
trimestre de este año", dijo Draghi.
Esto refleja el
debilitamiento del comercio global y un entorno de "prolongadas
incertidumbres globales", que afectan especialmente al sector
manufacturero de la zona del euro, dijo Draghi sin citar ningún país
concreto.
La economía alemana, muy exportadora, puede
verse afectada por el debilitamiento económico de China y por el
proteccionismo de EEUU.
Draghi dijo que Alemania necesita políticas fiscales que contribuyan al crecimiento.
Añadió que la decisión de retrasar la subida de los tipos de interés
refleja "el aumento de la incertidumbre" por "la creciente amenaza del
proteccionismo y el 'brexit'", así como las vulnerabilidades de los
mercados emergentes.
El BCE prevé una inflación del
1,3 % en 2019 (1,2 % en los pronósticos de marzo) del 1,4 % en 2020 (1,5
% en marzo) y del 1,6 % en 2021 (invariable).
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