PARÍS.- El Salón Aeronáutico de Le Bourget, al norte de París, el
mayor del mundo en el sector, abrió sus puertas este lunes con ventaja
para el fabricante europeo Airbus sobre su rival Boeing por el difícil
momento que atraviesa el grupo estadounidense por la crisis de su avión
estrella, el 737 MAX.
Lo puso en evidencia la actitud
que adoptaron en su primera comparecencia pública los altos ejecutivos
de Boeing, que por el lastre del 737 MAX se abstuvieron de adoptar una
estrategia ofensiva y tuvieron que centrarse en pedir perdón por las
víctimas de los dos accidentes de ese modelo.
El responsable ejecutivo de los aviones comerciales de
la compañía, Kevin McAllister, señaló que son conscientes de que deben
"trabajar para recuperar la confianza", y a ese respecto indicó que ya
se han realizado más de 280 vuelos de prueba con modificaciones del
programa informático de control de vuelo MCAS 12.1.
Ese software, en espera de las conclusiones definitivas, aparece como el
principal responsable de los accidentes del vuelo 610 de Lion Air en
octubre de 2018, y del 302 de Ethiopian, el 10 de marzo de 2019, que
causaron en total 346 muertes.
McAllister no quiso
especular, porque no depende de Boeing sino de las autoridades de
seguridad, sobre cuándo podrán volver a utilizar los 737 MAX las
compañías que ya lo habían integrado en sus flotas (hay 387) ni las que
los han comprado y deberían recibirlos en el futuro (más de 4.600).
En este contexto, el constructor estadounidense firmó con la empresa de
alquiler GECAS (Capital Aviation Services) una venta de diez unidades
del 737, pero en su versión de carga.
Por su parte,
Airbus comenzó la feria con mucho más ímpetu. Anunció el lanzamiento de
una nueva versión para dar más autonomía a su modelo de mayor capacidad
de la familia de pasillo único, bautizada A321XLR, que podrá realizar
trayectos sin escala de hasta 8.700 kilómetros, un 15 % más del radio de
acción que hasta ahora podía tener ese aparato.
Y
simultáneamente suscribió un contrato para cuatro unidades de esa
aeronave con la compañía nacional libanesa Middle East Airlines, que
será la primera que la explote a partir del año próximo.
Pero Airbus no se quedó ahí. También presentó otros dos acuerdos de
gran dimensión, el primero una carta de intenciones de la sociedad
estadounidense de alquiler Air Lease Corporation (ALC) por un centenar
de aviones (50 del A321neo y otros 50 del A220-300) valorados en más de
11.000 millones de dólares.
El segundo fue una venta
firme a la compañía Virgin Atlantic de ocho aeronaves del A330-900, con
opciones para otras seis, y que si se ejercitaran al completo
representarían unos 4.200 millones de dólares.
Al
margen de los dos grandes del sector, Embraer suscribió un pedido de la
compañía estadounidense United Airlines por 20 unidades en firme y 19 en
opciones de su aparato de corta distancia E175 (en configuración para
70 plazas) que el constructor brasileño valoró en 1.900 millones de
dólares.
El Salón Aeronáutico de Le Bourget, por el
que se espera que pasen 330.000 visitantes hasta el próximo domingo,
cuenta en esta 53ª edición con 2.453 expositores que ocupan 324.000
metros cuadrados del que fue el primer aeropuerto de la capital
francesa.
Allí se pueden ver, junto a los 26
pabellones nacionales, 150 aeronaves, entre las que se encuentra una
maqueta del proyecto de avión de combate del futuro que desde hace un
par de años habían empezado a desarrollar Francia y Alemania, y al que
ahora se ha añadido España.
La ministra española de
Defensa, Margarita Robles, acudió a Le Bourget para oficializar esa
incorporación en un acto en el que estuvo el presidente francés,
Emmanuel Macron, para dar su apoyo a este proyecto de caza del que se
encargan Airbus y Dassault que debería entrar en servicio en el
horizonte de 2040 y sustituir a los Eurofighter y Rafale de esos dos
fabricantes.
La voluntad española es, al menos en la
fase de desarrollo (fundamental para la adquisición de tecnología propia
que puede después ser explotada por la industria), tener una
participación de un tercio como los otros dos socios.
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