BERLÍN.- Las empresas industriales alemanas
reducen puestos de trabajo por los efectos de la guerra comercial entre
EEUU y China y la incertidumbre del "brexit", pero otros sectores
contratan empleados, por lo que no se prevé un aumento del desempleo.
Esta
semana el fabricante automovilístico Opel, el grupo químico BASF, el
grupo turístico TUI y la estadounidense Ford han anunciado fuertes
recortes de empleo en todo el mundo, que afectan especialmente a
Alemania.
Otras compañías como Volkswagen, Siemens, ThyssenKrupp o
los grandes bancos Deutsche Bank y Commerzbank, reducen empleos desde
hace tiempo.
El director de Encuestas del Instituto de
Investigación Económica alemán (Ifo), Klaus Wohlrabe, dijo que
estos recortes de empleos se deben a "cambios estructurales en las
empresas, pero no van tener como consecuencia un aumento del desempleo
en Alemania".
"El empleo va a seguir aumentando en
Alemania, aunque no tanto como lo ha hecho los últimos años. Se van a
contratar más empleados de los que se despiden", añadió Wohlrabe.
La
confianza empresarial bajó en junio en Alemania, hasta el mínimo desde
noviembre de 2014, porque las empresas son más pesimistas respecto a los
próximos meses, debido a que la economía alemana se debilita.
En
el sector manufacturero la confianza empresarial ha caído desde hace
más de un año y aumenta el pesimismo entre las empresas industriales
porque baja la entrada de pedidos.
La caída de la
confianza empresarial se debe a que no hay signos de una mejora
económica en China pese a los estímulos económicos aplicados, considera
el economista jefe de Commerzbank, Jörg Krämer.
Las empresas exportadoras descartan que vayan a crecer sus exportaciones debido a las disputas comerciales.
"La
industria automovilística muestra gran escepticismo y una mayoría
espera que las exportaciones bajen. Lo mismo ocurre en la industria
textil y de ropa", según los últimos datos del Ifo.
Actualmente,
sólo los productores de alimentos y bebidas, la industria farmacéutica y
otros fabricantes de vehículos esperan buenas exportaciones.
Ford
quiere recortar 12.000 empleos en Europa hasta finales de 2020,
principalmente mediante indemnizaciones, cerrará fábricas en Rusia,
Francia y el Reino Unido y va a reducir turnos en sus plantas de
ensamblaje en Saarlouis (Alemania) y en Valencia (España).
BASF,
que emplea a 122.000 personas en todo el mundo, quiere recortar 6.000
empleos hasta finales de 2021, un 5 % de la plantilla mundial, la mitad
de ellos en Alemania, pero dijo que contratará personal en la producción
y digitalización.
Opel, que ahora es de la francesa
Peugeot/Citroën, empezará a producir en 2021 el próximo Opel Astra en su
planta alemana de Ruesselsheim, donde va a recortar 600 empleos con
jubilaciones anticipadas y salidas voluntarias con indemnizaciones.
Volkswagen quiere recortar unos 5.000 empleos administrativos hasta 2023, pero evitando despidos forzosos.
A
finales de 2016, un año después de que saliera a la luz la manipulación
de las emisiones de gases en los vehículos diésel, Volkswagen anunció
un recorte de 30.000 empleos hasta el 2020 en áreas convencionales en
Alemania y en Sudamérica para ahorrar 3.700 millones de euros anuales y
financiar la transición del motor de combustión al eléctrico y la
digitalización.
Siemens recortará unos 5.600 empleos
en todo el mundo en su división de gas y electricidad hasta el 2023,
pero espera un aumento neto de su plantilla de unos 10.000 empleos a
nivel mundial en el mismo periodo de tiempo pese a los despidos.
Normalmente
las empresas no realizan despidos forzosos en Alemania, algo que sería
muy costoso, y reducen personal con indemnizaciones, jubilaciones
anticipadas disminuyendo la jornada a los trabajadores de más edad, y no
contratando cuando alguien se jubila.
Wohlrabe
considera que en la industria automovilística se producen cambios
estructurales por el paso a los eléctricos y por ello desaparecen los
puestos de trabajo industriales clásicos.
La economía es un proceso de transformación con despidos y contrataciones continuas.
El
número de empleados aumenta en otros sectores, como los servicios y la
construcción, que ha vivido un fuerte auge en Alemania en los últimos
años, añade Wohlrabe.
La industria alemana se ha
quejado desde hace tiempo de la falta de persona cualificado en áreas
como la tecnología de la información, empresas artesanales y la
construcción.
Ello se debe a que en el pasado muchos
jóvenes no quisieron realizar formaciones profesionales en estas áreas y
por ello ahora hay problemas estructurales de escasez de personal.
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