BRUSELAS/MADRID.- La Unión Europea va a salir al rescate de la Organización Mundial de Comercio
(OMC), amenazada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Según informa ‘El País’, de Madrid, Bruselas ha lanzado una iniciativa para crear una vía alternativa de arbitraje que evite el colapso de la organización. El objetivo es un nuevo sistema que sea igual que la institución con sede en Ginebra con responsables del arbitraje seleccionados entre los árbitros actuales y antiguos de la propia OMC.
Y es que la OMC, creada en 1985, no tendrá su futuro garantizado si Trump mantiene su negativa a renovar a los miembros del Órgano de Apelación, un elemento esencial para que se resuelvan las disputas sobre aranceles y competencia desleal, por ejemplo.
Lo que pide EEUU para levantar el bloqueo es una reforma de las normas de la OMC para adaptarlas al siglo XXI por el poder de China,
que con un sistema comunista basado en subsidios públicos e industrias
reguladas se ha convertido en una gran potencia en los mercados
capitalistas. La UE está de acuerdo con EEUU, pero el problema es que la
organización puede colapsar antes de ser reformada.
Los líderes del G-20 acordaron en diciembre pasado revisar las reformas de la OMC en Osaka a finales de este mes.
Pero el progreso en la revisión del organismo, que aún funciona bajo
las reglas creadas hace un cuarto de siglo, ha sido lento.
En este sentido, el plan alternativo a la OMC ha sido debatido en
paralelo a la reunión de ministros de Comercio del G-20 celebrada este
fin de semana en Tsukuba, pero no se ha llegado a ningún acuerdo. Tras
el encuentro, la ministra de Industria, Comercio y Turismo en funciones,
Reyes Maroto, ha criticado que la Declaración ministerial del G-20 “no
recoge soluciones concretas a las tensiones comerciales y a la reforma
de la OMC”.
“El texto no recoge la preocupación acerca de las tensiones actuales,
expresada por muchos países en las sesiones, que pueden repercutir
tanto en la actividad económica y comercial como en el bienestar y la
calidad de vida de los ciudadanos”, ha subrayado Maroto.
La ministra ha añadido que en la cita de Tsukuba se ha producido una
“interesante” discusión colectiva, pero, en su opinión, “debería haber
sido mucho más ambicioso en la solución de las tensiones comerciales y
la reforma de la Organización Mundial del Comercio”.
El Gobierno, según ha afirmado Maroto, “no es ajeno a la difícil
realidad que vive el comercio mundial”.
“Hubiese sido deseable añadir
elementos como la continuidad del Foro del Acero, aunque, dada la
situación, la Declaración es un punto de partida para que los líderes de
los países del G-20 prosigan el debate y adopten decisiones en Osaka”,
ha precisado.
Dentro de la OMC, el sistema impone a todos sus miembros la adhesión a la totalidad de sus acuerdos,
y los países no pueden optar por aceptar solamente algunos. Esto
explica la enorme complejidad de las negociaciones sobre su
modificación, porque involucran forzosamente a todos los miembros.
Las
ventajas que cada país obtiene, o los perjuicios que sufre, pueden
compensarse en temas diferentes, y la negociación tiene que buscar un
consenso general con equilibrios de extrema complejidad.
A pesar del veto de EEUU, la información de ‘El País’ señala que la iniciativa europea parece haber logrado el respaldo de destacados miembros de la OMC, como India, Rusia, Canadá o Turquía. Los países que se sumen al plan firmarían un acuerdo bilateral por el que se comprometerían a acatar la decisión del arbitraje.
La vía alternativa arrancaría en el momento en el que el
órgano de apelación de la OMC se quede con menos de los tres miembros
imprescindibles para su funcionamiento.
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