WASHINGTON.- El senador demócrata Gary Peters, que
representa el estado de Michigan, epicentro del sector del automóvil en
EE.UU., declaró este miércoles que existe un amplio rechazo a los
aranceles propuestos por el presidente Donald Trump a productos de
México.
"Mis colegas republicanos están muy preocupados con estas tarifas", dijo Peters a la cadena de televisión CNBC.
Sus palabras se producen horas después de que un
numeroso grupo de legisladores republicanos se reuniese el martes para
expresar su oposición a los aranceles del 5 % a México anunciados por
Trump que podrían entrar en vigor el 10 de junio, como castigo por el
flujo migratorio a EE.UU.
Tras la reunión de ayer, el
senador Ted Cruz declaró a los medios de comunicación que si la
consecuencia de la apuesta de Trump "son nuevos aranceles masivos que
destruyen empleos en Texas y todo EE.UU., sería un resultado terrible".
Los principales afectados por los nuevos aranceles a México serían los
tres grandes fabricantes de automóviles estadounidenses (General Motors,
el Grupo Ford y Fiat Chrysler), que producen muchos de sus componentes
en el país latinoamericano.
Vehículos y componentes
del automóvil son la principal exportación mexicana a EE.UU.: En 2018
este concepto sumó 93.300 millones de dólares, mientras que el año
pasado México montó 2,5 millones de vehículos que fueron posteriormente
exportados a su vecino de norte.
Un estudio de la
Cámara de Comercio de EE.UU. dado a conocer esta semana señala que la
imposición de los aranceles, que Trump ha apuntado que será gradual y
que podrían llegar al 25 % en octubre, le podría costar al país entre
17.300 y 86.600 millones de dólares dependiendo de si los aranceles son
del 5 o del 25 %.
El estado más afectado sería Texas,
que perdería hasta 26.700 millones de dólares, mientras que a las
empresas de Michigan les supondrían pérdidas de hasta 14.000 millones de
dólares.
Michigan, que concentra gran parte del
sector del automóvil, importó en 2018 bienes producidos en México por
valor de 56.000 millones de dólares, por lo que aranceles del 5 %
supondrían 2.800 millones, cifra que ascendería hasta 14.000 millones si
los gravámenes llegan al 25 %.
Los otros tres
estados más afectados serían California, Illinois y Ohio, donde también
el sector del automóvil tiene un gran peso económico.
Los aranceles supondrían un encarecimiento inmediato de los automóviles
en EE.UU. y, según cálculos de Deutsche Bank, podrían representar la
reducción del 18 % de las ventas anuales en el país, alrededor de 3
millones de unidades.
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