BRASILIA.- El acuerdo de libre comercio
anunciado entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) generó este lunes
algunos recelos entre la oposición brasileña, que mientras estuvo en el
poder apostó sin éxito en esa negociación y ahora pide conocer todos sus
"detalles".
"Me preocupa el hecho de que el acuerdo
haya sido cerrado en un momento en que Brasil y Argentina están con una
gran fragilidad y vulnerables y pueden aceptar cualquier tratado para
luego decir que lograron alguna cosa", dijo el excanciller brasileño
Celso Amorim.
Durante los ocho años en que estuvo al frente de la
diplomacia brasileña, Amorim fue un activo impulsor de esas
negociaciones, que después de dos décadas finalmente fructificaron la
semana pasada, cuando se anunció el acuerdo definitivo en Bruselas.
Amorim, afiliado al progresista Partido de los Trabajadores (PT), de
los expresidentes Luiz Inácio Lula da Silva, hoy en la cárcel por
corrupción, y Dilma Rousseff, destituida en 2016 por irregularidades
fiscales, consideró que la UE pudo haberse "aprovechado" del difícil
momento político de los dos mayores socios del Mercosur.
Argentina está en medio de un proceso electoral en el que estará en
juego la reelección del conservador Mauricio Macri, y Brasil, gobernado
ahora por el ultraderechista Jair Bolsonaro, enfrenta, al igual que el
país vecino, un difícil escenario económico.
Según la
presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, "solo será posible evaluar si el
acuerdo anunciado es ventajoso o no cuando se revele su real contenido,
cuáles sectores ganan y cuáles pierden aquí y allá", pues hasta ahora
"todo es especulación y propaganda".
Aún así,
Hoffmann fue cautelosa, al igual que otros dirigentes del PT, partido
que hoy encabeza la oposición a Bolsonaro pero que gobernó en Brasil
entre 2003 y 2016, es decir durante trece de los veinte años que duraron
las tratativas, en las que el país siempre participó activamente.
En la misma línea se expresó el diputado Alessandro Molon, del Partido
Socialista Brasileño (PSB) y jefe del grupo opositor en la Cámara baja,
quien dijo que "si bien ha sido divulgado con mucho entusiasmo", falta
"conocer totalmente los términos" del acuerdo.
"Solo así podremos entender el impacto real para el país", dijo Molon.
Recelos similares expresó el presidente del Partido Socialismo y
Libertad (PSOL), Juliano Medeiros, quien dijo que "hay motivos para
preocuparse por las consecuencias peligrosas para la economía, como la
pérdida de millares de empleos o una desindustralización".
Medeiros apuntó que se le "exigirá al Gobierno
que actúe con transparencia" y afirmó que la izquierda brasileña estará
"junto" a sus "socios" del Mercosur y la UE, preparada para "resistir a
cualquier medida" que afecte a los trabajadores, el medio ambiente o los
derechos humanos.
Los sindicatos brasileños, en su
mayoría alineados en el arco progresista junto al PT, divulgaron un
comunicado en conjunto con otras centrales obreras de Argentina,
Paraguay y Uruguay, en el que exigieron más "transparencia" tanto al
Mercosur como a la UE.
El comunicado fue difundido en
Brasil por la Central Única de los Trabajadores (CUT) y sostiene que es
"esencial contar con estudios de impacto" no solo en lo económico sino
también en lo social y en el ámbito laboral, sobre todo cuando los
cuatro países del Mercosur enfrentan elevadas tasas de desempleo.
Los sindicatos denunciaron que, pese a haber pedido información a los
Gobiernos del bloque suramericano, no obtuvieron respuestas con relación
a las posibles consecuencias del acuerdo en términos de "empleo digno y
trabajo decente" ni tuvieron "participación efectiva en las
negociaciones".
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