PANAMÁ.- La Autoridad Marítima de Panamá (AMP)
dijo que el pasado 29 de mayo canceló la bandera al buque
"Grace 1", interceptado por las autoridades británicas frente a las
costas de Gibraltar y sospechoso de llevar petróleo a Siria violando las
sanciones europeas.
La institución explicó que el
"Grace 1" fue dado de baja tras recibir una alerta del Consejo de
Seguridad Nacional en la que se indicaba que el navío "estaría
participando de la financiación del terrorismo, en apoyo a las
actividades desestabilizadoras de algunas regiones lideradas por grupos
terroristas".
La marina mercante panameña, que aglutinó el 18 % de la
flota mundial en 2016 y registró más de 8.000 embarcaciones, es la más
grande del mundo y le reporta a las arcas públicas del país
centroamericano unos ingresos directos o indirectos de entre 125 y 150
millones de dólares al año, según datos oficiales.
Se
trata de un registro abierto, lo que significa que no exige a los
propietarios de los barcos tener nacionalidad ni residencia panameñas y
tampoco impone ninguna restricción de edad a la nave ni de tonelaje.
"Reiteramos nuestro compromiso con los acuerdos internacionales al
ejecutar las medidas necesarias en contra de quienes sean considerados
una amenaza para la estabilidad de la región, la paz y la seguridad
internacionales, así como para el prestigio de la marina mercante
panameña", agregó la autoridad panameña.
El "Grace
1", de 330 metros de eslora, fue detenido a primera hora del jueves por
las autoridades de Gibraltar, colonia británica ubicada en el extremo
sur de España.
Según las autoridades, el navío
llevaba el crudo a la refinería de Banyas, propiedad de una entidad
siria sujeta a las sanciones de la Unión Europea, que se prorrogaron
recientemente hasta el 1 de junio de 2010 e incluyen un embargo
petrolero.
La crisis siria, que comenzó siendo una
guerra civil entre el Gobierno del presidente Bachar al Asad y sus
detractores y se convirtió en un conflicto internacional, ha dejado más
de 350.000 muertos, según datos del Observatorio Sirio de Derechos
Humanos.
La interceptación de este superpetrolero se
realizó en las aguas que rodean Gibraltar, que España reconoce como
suyas, lo que ha generado protestas por parte del Gobierno español.
"Estamos viendo de qué manera afecta a nuestra soberanía en la medida
en que se ha producido en unas aguas cuya soberanía entendemos que es de
España", aseguró el ministro español de Asuntos Exteriores en
funciones, Josep Borrell.
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