CARACAS.- El gobierno venezolano y los adversarios del presidente Nicolás Maduro
marchaban el miércoles, en un día visto por el liderazgo opositor como
un resurgir en su empeño por forzar un cambio de gobierno y que coincide
con la celebración de los 61 años de la caída de la dictadura militar.
En un contexto de presión internacional por el desconocimiento de un
nuevo período de gobierno y de protestas y cacerolazos en su contra,
Maduro aseguró la noche del martes que quiere paz y reafirmó que nada
intimida al oficialismo.
La oposición convocó a sus seguidores a
protestar en las principales ciudades del país, en lo que sería su
primera movilización masiva después de que la ola de intensas
manifestaciones que en 2017 dejara cientos de fallecidos y heridos.
El
gobierno también citó en Caracas a sus seguidores para defender su
revolución socialista del plan que, según Maduro, lidera la
administración de Estados Unidos para derrocarlo.
Washington
animó el martes a protestar contra Maduro al calificarlo como un
“dictador” que no tiene derecho a estar en el poder, según declaraciones
públicas del vicepresidente Mike Pence.
Coincidiendo con las
marchas, dos fuentes ya dijeron a primera hora que el gobierno estadounidense
podría reconocer al líder de la oposición y jefe de la Asamblea
Nacional, Juan Guaidó, como el presidente legítimo de la nación el
miércoles.
No obstante, las fuentes aclararon que estaban
esperando a ver si Guaidó se declaraba presidente interino, algo que hasta
ahora ha evitado hacer. La Constitución establece que ante un vacío de
poder presidencial es el jefe del Parlamento quien asume el cargo.
En
lo que va de semana, se han registrado manifestaciones esporádicas en
Caracas. En barrios pobres se escuchaba el martes por la noche el sonido
de las cacerolas y muchos salieron a las calles a formar barricadas con
basura y neumáticos incendiados. Esas protestas fueron reprimidas por
cuerpos de seguridad, según testigos.
Al
menos 60 manifestaciones se registraron en diversos puntos de Caracas,
según el no gubernamental Observatorio de Conflictividad Social, que
informó sobre la muerte de un joven de 16 años la noche del martes en la
barriada de Catia, en el oeste de la ciudad.
El gobernador del
estado Bolívar, Justo Noguera, informó la muerte de tres personas
durante saqueos la noche del martes a comercios de alimentos y
hortalizas en Ciudad Bolívar, la capital estatal en esa región del
sureste venezolano. Otros dos ciudadanos resultaron heridos.
En
esa zona, también fue quemada con gasolina una estatua del fallecido
presidente Hugo Chávez, luego cortada y parte del busto colgado en un
puente, según vídeos difundidos en redes sociales y confirmados después.
Al menos 30 personas han sido detenidas desde el martes,
de acuerdo a un mensaje de Twitter de Alfredo Romero, activista del no
gubernamental Foro Penal.
No hay información oficial del caso
del joven, ni de los detenidos, así como tampoco de los cacerolazos en
la ciudad. El Ministerio de Información no respondió de inmediato una
solicitud de comentarios.
“Salimos a protestar unos 50 vecinos
donde vivo en Catia y a la hora llegó la policía (...) Primera vez que
pasaba eso en la zona y lo hicimos por la rabia de lo que está pasando”,
dijo José Barrientos, un vendedor de repuestos de 31 años en Catia,
quien acudió a la actividad de la oposición en Chacaíto.
“Si
seguimos con este gobierno, eso (las protestas) van a seguir pasando”,
agregó en medio de la concentración opositora que sumaba cientos de
miles de personas.
En
diversas localidades del país, oficialistas y simpatizantes de la
oposición se congregaban. En uno de los puntos de concentración cercano a
una estación del metro en el este de Caracas coincidieron ambos grupos
pero sin incidentes.
En
la ciudad petrolera de Maracaibo, en el extremo noroccidental del país,
Dulcinea Montaño, ingeniero en Informática de 30 años, manifestó que
marchaba “para defender la revolución”.
“Acá hay una guerra desde
Estados Unidos hacia Venezuela por el bloqueo que le tienen al país.
Aquí no hay dictadura, porque sino no estuvieran marchando”, dijo.
En
Barinas, donde nació Chávez, la vendedora de café Gloria García, de 55
años, sostuvo que la situación “está horrible, esto está de mal en peor,
todo está costoso”.
“Digo honestamente, de corazón, yo deseara
que el pueblo saliera a la calle, la Guardia Nacional (...) todos, para
que tumben al presidente, lo saquen, ya está bueno de pasar trabajo”,
expresó.
En San Cristóbal, en la región andina cercana a la
frontera con Colombia, José Manuel Ortiz, un educador de 52 años, dijo
que las marchas opositoras son el inicio para llegar “a la meta” de
cambiar al gobierno.
“Seguimos esperando una salida, desde hace 20 años
mis amigos se han ido del país y mis amigos se han muerto por falta de
medicinas”, agregó
Venezuela, con las mayores reservas petroleras
del mundo, sufre su primera hiperinflación de casi dos millones por
ciento, bajo una severa crisis económica que ha provocado la huida de
más de tres millones de personas desde 2015, según datos de la ONU.
La
inédita ola migratoria que presiona a los países vecinos ocurre cuando
el nuevo mandato de Maduro, que se inició el 10 de enero, fue
desconocido por la mayoría de los países del continente y Europa tras
unas cuestionadas elecciones.
El gobierno de Estados Unidos
alentó el martes a protestar contra Maduro por ser un “dictador” que no
tiene derecho a estar en el poder, según el vicepresidente Mike Pence.
El
miércoles “habrá más energía para el cese de la usurpación, el gobierno
de transición y las elecciones libres”, adelantó Juan Guaidó, quien el 5 de
enero asumió la presidencia de la Asamblea Nacional -dominada por la
oposición- y desde su llegada ha llamado a las fuerzas armadas y al
pueblo a unirse para lograr la salida de Maduro.
“Esto, el
despertar del pueblo, no empezó hace 17 días, sino hace años”, agregó
Guaidó en una entrevista con Reuters el martes. Conseguir movilizar a
miles de venezolanos el miércoles “es fundamental” para trazar las
líneas a seguir en los próximos días, dijo.
La oposición en
Caracas organizó caminar hacia una avenida en el este de la ciudad. El
oficialismo también llamó a sus filas a dirigirse desde distintos puntos
hacia el centro de la capital y estaba prevista la participación de
Maduro, lo que finalmente no se produjo.
“Yo
hago un llamado al pueblo venezolano, calma y cordura, máxima
conciencia y máxima movilización popular para la defensa de la patria,
la democracia y la Constitución”, dijo Maduro el martes por la noche en
un acto transmitido por la televisión estatal.
“No nos intimada nada (...) no queremos líos, queremos paz”, agregó.
¿Quién es Juan Guaidó? Una mirada al joven líder venezolano
Hace
dos meses no era más que otro integrante de un órgano legislativo que
prácticamente no tiene poder, pero ahora Juan Guaidó se autoproclamó
presidente de Venezuela y varios mandatarios lo han reconocido como
legítimo jefe de Estado del atribulado país.
Mientras
miles marchaban en Caracas y otras ciudades venezolanas el miércoles
para protestar contra el gobierno autoritario de Nicolás Maduro, Guaidó
apareció en un acto opositor en la capital.
"Juro asumir formalmente las competencias del Ejecutivo Nacional como el
presidente encargado de Venezuela para lograr el cese de la
usurpación", declaró mientras la multitud aplaudía y entonaba el himno
nacional.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lo respaldó
rápidamente a través de Twitter y publicó que los venezolanos "han
sufrido demasiado tiempo a manos del régimen ilegítimo de Maduro".
El
legislador de 35 años de edad es ingeniero industrial, pero comenzó a
organizar manifestaciones contra Hugo Chávez hace más de una década,
luego de que el difunto líder silenciara a sus críticos al negarse a
renovar la licencia de transmisión del canal de televisión más popular
de Venezuela.
Guaidó formó una estrecha relación con Leopoldo López y
ayudó al exalcalde de Caracas a crear el partido Voluntad Popular.
Alto
y larguirucho, Guaidó es conocido por su amor por el equipo de béisbol
de su ciudad natal, Los Tiburones de La Guaira, y bailar salsa. A
diferencia de muchos aliados de la oposición, quienes son criticados por
sus raíces de sangre azul, Guaidó tiene orígenes humildes. Hijo de un
piloto comercial y una ama de casa, es uno de siete hijos que crecieron
en la pequeña ciudad portuaria cercana a Caracas.
En
1999, su familia sobrevivió a los aludes de tierra que destruyeron gran
parte del estado de Vargas y mataron a miles de personas. "Perder de un
día para otro la cotidianidad fue un hecho que a todos nos obligó a
crecer y aprender a desprenderse de lo material, pero nos acercó más a
los afectos familiares y a la espiritualidad", comentó al periódico El
Nacional el mes pasado.
La
pareja de Guaidó es Fabiana Rosales, que también fue líder estudiantil.
Su hija Miranda, que lleva ese nombre en honor a un precursor del héroe
de la independencia sudamericana Simón Bolívar, nació en medio de una
ola de protestas en 2017, durante la cual su padre recibió un perdigón
en el cuello y se fracturó la mano en enfrentamientos con la policía.
Hace
solo cuatro años Guaidó ingresó a la Asamblea Nacional. Se convirtió en
su timonel debido a "una serie de eventos desafortunados" después de
que sus compañeros fueran arrestados o exiliados, detalló Carlos Romero,
politólogo de la Universidad Central de Venezuela en Caracas.
Guaido
fue investido como jefe de la asamblea el 5 de enero, una semana antes
de la toma de posesión de Maduro correspondiente a su segundo mandato
como presidente. Maduro inició otro período de seis años desafiando a
los enemigos locales y a las más de 60 naciones que se niegan a
reconocer las elecciones de 2018.
En
su corta carrera, Guaidó ha sido aplaudido por construir unidad a nivel
legislativo. Ahora, su desafío es hacer lo mismo en todo el país y
canalizar el deseo desesperado de cambio dentro de los límites de un
régimen empeñado en reprimir la disidencia. "La situación lo ha
catapultado al centro de atención", explicó Romero.
Después
de que comenzara a presionar a los militares venezolanos y a gobiernos
extranjeros para que lo reconocieran como el líder legítimo, Guaidó fue
arrestado por la policía secreta de Maduro.
Liberado horas más tarde,
redobló su llamada a protestar el miércoles, día festivo en que se
conmemora el nacimiento de la democracia venezolana hace seis décadas.
"Aquí está la respuesta del pueblo", exclamó. "¡Estamos en la calle! ¡No tenemos miedo!".