PEKÍN.- El presidente chino, Xi Jinping, intentó responder este viernes a las críticas contra su iniciativa de las Nuevas Rutas de la Seda proponiendo proyectos "verdes", financieramente viables y sin corrupción, en la apertura de una cumbre en Pekín.
Frente a Vladimir Putin y cuatro decenas de
mandatarios mundiales más que asistieron al encuentro, el presidente
chino, que se encuentra sumido en una guerra comercial con Estados
Unidos, se posicionó en contra del proteccionismo, aunque en la sala no
había ningún representante de Washington para escucharlo.
Estados Unidos tilda la iniciativa de "proyecto vanidoso" y
cargó contra Italia cuando se desmarcó del resto de grandes economías y
se sumó a ella.
El líder de la segunda economía mundial celebró
por segunda vez una cumbre dedicada a las Nuevas Rutas de la Seda, una
iniciativa dirigida a construir infraestructuras en países en desarrollo
que las necesitan con urgencia en Asia, Europa y África.
El objetivo es apuntalar
las relaciones entre el gigante asiático y sus principales socios
comerciales, a los que necesita para asegurarse tanto sus suministros
como sus mercados.
Pero los críticos le reprochan que favorece
ante todo a las empresas chinas y que los proyectos representan "una
trampa para la deuda" de las naciones beneficiarias de los préstamos
concedidos por los bancos chinos.
Un ejemplo de manual es el de Sri Lanka que, al no poder
cumplir con los reembolsos, tuvo que ceder a Pekín el control de un
puerto en aguas profundas durante 99 años.
En respuesta, Xi Jinping defendió unos proyectos que sean "viables" para los presupuestos de los países participantes.
"Todo
debe hacerse de forma transparente y debemos tener tolerancia cero con
la corrupción", afirmó en un discurso de una media hora de duración.
Según
el presidente chino, su país promoverá también el desarrollo "verde".
Algunos proyectos, como las represas y las centrales de carbón, son
considerados en ocasiones malos para el medio ambiente.
"Destacamos la
importancia de la viabilidad económica, social, fiscal, financiera y
medioambiental de los proyectos", se puede leer en un borrador
preliminar del comunicado final.
La
directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine
Lagarde, afirmó de su lado que las inversiones con el sello de Nuevas
Rutas de la Seda "solo deben ir adonde sean viables".
Hablando ante los delegados, Lagarde pidió "una mayor
transparencia, licitaciones abiertas y competitivas y una mejor
evaluación de riesgos en la selección de proyectos".
Desde el
lanzamiento del programa, en 2013, China invirtió en total 80.000
millones de euros (89.000 millones de dólares) en diversos proyectos y
los bancos prestaron entre 175.000 y 265.000 millones (195.000 y 295.00
millones de dólares), según Pekín.
Como ya hizo en varias
ocasiones desde la llegada al poder de Donald Trump, Xi instó también
"claramente" a decir "no" al proteccionismo, un llamamiento del que se
hizo eco el presidente ruso, que habló después de Xi.
El
expresidente de Kazajistán Nursultán Nazarbáyev pidió por su parte a la
Unión Europea que se una a la iniciativa china para crear una "unión
euroasiática global".
Los países occidentales se resisten a
sumarse al proyecto chino, cuyo nombre oficial es "Iniciativa Cinturón y
Ruta" -un cinturón terrestre a través de Eurasia y una ruta marítima.
Entre
ellos, la excepción es Italia, el primer país del G7 que se unió a
ella, el mes pasado. Su primer ministro, Giuseppe Conte, era el único
dirigente de un gran país occidental presente en Pekín este viernes,
junto al primer ministro griego, Alexis Tsipras y el presidente suizo,
Ueli Maurer.
También acudió el presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi.
Las Nuevas Rutas de la Seda "no son un club" reservado a unos cuantos, destacó Xi Jinping.
A
modo de respuesta a las preocupaciones de Estados Unidos en materia
comercial, aseguró que su país continuará sus reformas y su apertura.
Entre otras cosas, prometió abolir las subvenciones "que
alteran la competencia", una exigencia de los negociadores
estadounidenses que llegarán la próxima semana a Pekín para una nueva
serie de negociaciones para poner fin a la guerra comercial entre las
dos potencias económicas mundiales.