NUEVA YORK.- La escalada de tensión comercial entre EE.UU. y China le ha pasado factura a Wall Street, que ha despedido con pérdidas mensuales en los tres índices su peor mayo desde 2010, justo cuando este sábado se cumple el décimo aniversario de un ciclo de expansión económica al que algunos ya le ven el fin.
Los analistas
consideran que la mala racha comenzó el día 5, cuando el presidente de
EE.UU., Donald Trump, amenazó vía Twitter con elevar aranceles a
productos chinos hasta el 25 %, por 200.000 millones de dólares,
renegando de las negociaciones y sentando un tono hostil que se ha
incrementado con cada intercambio de palabras.
Desde entonces, una vez impuestas las tarifas, la
"guerra comercial" entre las dos mayores economías del mundo ha
evolucionado hacia una suerte de guerra fría tecnológica, con un mandato
presidencial de no vender componentes de este tipo al gigante chino
Huawei por motivos de seguridad nacional.
El
pesimismo es palpable en el mercado a través de opiniones como la de Ed
Yardeni, jefe de estrategia de inversiones de Yardeni Research, que
pensaba a principios de mayo que el acuerdo comercial EE.UU.-China "era
inminente" y "la economía global se beneficiaría de un 'dividendo de
paz", algo "menos probable" ahora.
El temor se
refleja en la apuesta por los valores seguros y la venta de acciones: en
el conjunto del mes, el Dow Jones ha perdido un 6,38 % de su valor de
mercado; el selectivo S&P 500 un 6,57 % y el índice compuesto del
Nasdaq, que aglutina importantes tecnológicas, un 8,71 %.
Ahora Pekín baraja vetar a las empresas de EE.UU. el acceso a las
"tierras raras", metales necesarios para fabricar muchos dispositivos, y
en este contexto son especialmente las firmas industriales y las
tecnológicas las más afectadas.
De hecho, se pueden
contar con una mano los componentes del Dow Jones que acaban con
repuntes mensuales, en tanto que el grupo de las más perjudicadas está
encabezado por Apple (-17,32 %), Intel (-14,90 %), Caterpillar (-13,84
%), 3M (-13,75 %) o Dow (-12,27 %).
Los rendimientos
de los bonos del Tesoro a 10 años, por su parte, siguen cayendo hasta
mínimos no vistos en más de año y medio, en torno al 2,17 % y por debajo
de los papeles a tan corto plazo como 3 meses, situados en torno al
2,354 %, lo que supone una inversión de la curva de tipos en la que
muchos ven una señal de recesión.
"Larga vida a la
expansión; la expansión ha muerto", ironizó en una nota el economista y
estratega jefe de la firma Gluskin Sheff, David Rosenberg, que instó a
"recordar que la última expansión récord acabó súbitamente, para
sorpresa y disgusto de casi todos, tras un ciclo de ajuste de la Fed
(Reserva Federal) cuando hubo desfases".
No obstante,
hay escépticos, como el econometrista Azhar Iqbal, de la banca Wells
Fargo, que reconoció en una nota un mayor temor por la inversión de la
curva de tipos pero muy poca probabilidad -un 2 %- de que se produzca
una recesión en el corto plazo y no demasiada -casi un 24 %- en los
próximos seis meses.
"Teniendo en cuenta los riesgos a
la baja de esta perspectiva, deberíamos ver una inversión de la curva
más sostenida, sumada a una restricción generalizada en las condiciones
del mercado financiero y a un deterioro en los fundamentos económicos,
para estar más preocupados por la sostenibilidad de la expansión
económica", dijo.
Para poner la guinda a este
negativo mes de mayo, el primero que despide en rojo a los tres
indicadores desde 2012, y con las caídas más acusadas para cada uno de
ellos desde 2010, los conflictos comerciales de EE.UU. se apuntaron un
nuevo frente precisamente en el último día de operaciones del mes.
Este viernes, Trump anunció que planea imponer aranceles del 5 % a
productos de México el próximo 10 de junio bajo el pretexto del
creciente flujo migratorio en la frontera, un porcentaje que puede
incrementarse paulatinamente hasta el 25 % en octubre.
Este panorama reforzó la incertidumbre del mercado, impactó
especialmente a las plazas europeas y a firmas con intereses en el país
vecino de EE.UU., entre ellas las fabricantes de automóviles Volkswagen,
Fiat Chrysler, General Motors o Ford, y los bancos españoles Santander y
BBVA.