BRUSELAS.- España e Italia han bloqueado este jueves el pacto por el
crecimiento que tenían previsto adoptar los líderes europeos como medida
de presión para exigir que la UE apruebe medidas a corto plazo para
estabilizar los mercados de deuda y reducir sus costes de financiación. "España e Italia mantienen una reserva. No hay acuerdo en nada hasta
que haya un acuerdo en todo", ha dicho una alta fuente europea.
En concreto, el primer ministro italiano, Mario Monti, y el presidente
del Gobierno, Mariano Rajoy, se han negado a respaldar un capítulo del
plan de crecimiento que habla sobre la estabilidad financiera por
considerar que en la cumbre no se han logrado suficientes progresos
sobre la actuación a corto plazo.
"Lo que estamos diciendo es
que las dos cosas tienen que ir juntas. Pero no hay discrepancias de
fondo", han explicado fuentes diplomáticas españolas.
"Dos
países tienen mucho interés en que haya un acuerdo tanto sobre las
medidas a largo plazo como sobre las medidas a corto plazo", ha admitido
el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.
"Pero la
discusión no está bloqueada en absoluto. La discusión continúa", ha
señalado Van Rompuy, que ha asegurado que "esta noche o mañana (por el
viernes) discutiremos las medidas a corto plazo".
El primer
ministro italiano, Mario Monti, ha propuesto que el fondo de rescate de
la UE compre deuda de España e Italia de forma automática y sin
condiciones cuando la prima de riesgo supere un determinado nivel. Esta
iniciativa cuenta con el apoyo de España pero la mayoría de socios lo
rechaza y exige que la ayuda vaya acompañada de requisitos de política
económica.
El plan de crecimiento que debaten los líderes
europeos, y que de momento queda paralizado, prevé invertir de forma
inmediata 120.000 millones de euros, el 1% del PIB de la UE, para apoyar
medidas de crecimiento de efecto rápido.
Sin embargo, el
programa -que se acordó en la reunión celebrada la semana pasada en Roma
de la canciller alemana, Angela Merkel; el presidente francés, François
Hollande; el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; y el primer
ministro italiano, Mario Monti- no incluye prácticamente dinero nuevo
sino que se basa en el reciclaje de fondos ya presupuestados pero que
todavía no se han gastado.
El principal elemento del plan
consiste en aumentar en 10.000 millones de euros el capital del Banco
Europeo de Inversiones (BEI). Este es el único dinero que puede
considerarse nuevo y a España le corresponderá aportar casi 1.000
millones, según ha dicho el ministro de Economía, Luis de Guindos.
Con esta ampliación de capital, se logrará aumentar la capacidad de
préstamo del BEI en 60.000 millones de euros y se desbloquearán hasta
180.000 millones de euros de inversiones adicionales en todos los
Estados miembros de la UE, también "en los países más vulnerables". De
Guindos quiere que los créditos se concentren en I+D y pymes. Los
líderes europeos piden que la ampliación "entre en vigor a más tardar el
31 de diciembre de 2012".
El segundo pilar del plan de
crecimiento consiste en utilizar 230 millones de euros del presupuesto
comunitario para avalar la emisión de bonos que sirvan para financiar
grandes proyectos de infraestructuras de transporte, energía y banda
ancha. Con ello esperan atraer hasta 4.600 millones de euros en 2012 y
2013.
El resto del dinero vendrá de reasignar fondos
regionales europeos ya presupuestados pero que todavía no se han
gastado. Los líderes europeos sugieren que estos fondos se usen para
avalar créditos del BEI en materia de conocimiento y cualificaciones,
eficiencia de recursos, infraestructura estratégica y acceso a
financiación para las pymes.