NUEVA YORK.- La directora gerente del Fondo Monetario
Internacional, Christine Lagarde, ha reconocido que gracias a las
acciones de políticos e institucionesm la economía mundial "ya no parece
tan peligrosa como hace seis meses", pero ha advertido de la existencia
de "nuevos riesgos" que evitan que las mejoras en los mercados se
trasladen a la economía real.
En un discurso pronunciado en el Club Económico de Nueva York,
Lagarde consideró una "buena noticia" que tras un periodo
"particularmente volátil", las condiciones financieras estén mostrando
signos de mejora, aunque reconoció que no espera que el crecimiento
global sea "mucho mayor este año que el pasado".
En este sentido, la directora gerente advirtió de que se están
viendo "nuevos riesgos", que se suman a los viejos. "En demasiados
países, las mejoras en los mercados financieros no se han traducido en
mejoras en la economía real y en la vida de la gente", aseveró.
"La crisis ha sido larga, amarga y dura. La prioridad ahora es
aprovechar cualquier respiro financiero y hacer un buen uso de él. Este
es un momento así. No podemos permitirnos dejarlo pasar", recalcó
Lagarde, quien incidió en que la tarea es hacer que el futuro que se
quiere sea "una realidad".
Asimismo, subrayó que la diferencia entre regiones es "más marcada
que nunca". Así, consideró que está surgiendo una economía global "a
tres velocidades": los países que lo están haciendo bien, los que están
en vías de recuperación y los que aún tienen un camino que recorrer.
A este respecto, explicó que estos tres grupos se enfrentan a
"desafíos diferentes", aunque "ampliamente interconectados", pero
advirtió de que comparten la necesidad de poner en marcha políticas que
reparen las consecuencias de la crisis y eviten que se repita.
Entre las regiones que aún tienen un camino por recorrer, Lagarde
destacó el caso de Europa. Aunque subrayó que los países europeos han
"logrado mucho" en el último año, algo digno de aplaudir, porque no es
fácil que 17 países se pongan de acuerdo e implementen políticas tan
importantes en tan corto plazo de tiempo, avisó de que aún queda mucho
por hacer.
En concreto, remarcó que, especialmente en la periferia, muchos
bancos están aún en una fase inicial de reparación, lo que hace que la
política monetaria de bajos tipos de interés no se esté trasladando a
ofrecer créditos asequibles a los ciudadanos que los necesitan. Por
ello, cree que la prioridad debe ser sanear el sector bancario mediante
la recapitalización, la reestructuración y, donde sea necesario,
liquidando bancos.
Asimismo, subrayó que en una unión monetaria y económica, "los
problemas financieros son problemas comunes", por lo que requieren más
soluciones políticas colectivas. "Una opción es la recapitalización
directa por parte del Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede) de los
bancos con problemas que tengan implicaciones sistémicas", agregó.
En esta línea, Lagarde también defendió que la eurozona necesita
una "verdadera unión bancaria" que fortalezca las bases de la unión
monetaria, lo que implica completar el mecanismo único europeo de
supervisión y una autoridad común de resolución.
"Sólo entonces se podrá romper el vínculo envenenado entre bancos
débiles y soberanos débiles. Sólo entonces la política monetaria podrá
ser plenamente eficaz. Sólo entonces se podrá garantizar totalmente la
estabilidad financiera", aseguró.