BRUSELAS.- La Comisión Europea cambiará más el enfoque de la política de la UE desde la austeridad a las reformas estructurales para revivir el crecimiento cuando presente sus recomendaciones económicas para todos sus Estados miembros el miércoles, dijeron las autoridades.
En su valoración anual como guardián de las normas
presupuestarias de la UE, la Comisión dirá que mientras la consolidación
fiscal debería continuar, su ritmo puede ser más lento ahora que se ha
restaurado un grado de confianza del inversor en el euro.
Dado que los gobiernos altamente endeudados no pueden permitirse
reiniciar el crecimiento a través del gasto público, deben reformar el
modo en que funcionan sus economías - haciendo los mercados laborales
más flexibles o abriendo los mercados de servicios o productos.
"El mensaje principal será que el énfasis está cambiando de la
austeridad a las reformas estructurales", dijo un alto cargo de la UE.
Las recomendaciones, una vez aprobadas por los líderes de la UE
en una cumbre a finales de junio, se convertirán en obligatorias y se
prevé que influyan en cómo se elaboren los presupuestos nacionales de
2014 y años posteriores.
Los diecisiete países que comparten el euro habrán reducido a la
mitad el ritmo de consolidación fiscal en 2013 en comparación con 2012,
ya que el déficit presupuestario global de la zona euro cayó un 1,5 por
ciento del PIB en 2012 pero sólo menguará un 0,75 por ciento este año,
según las previsiones de la Comisión Europea este mes.
Estados Unidos planea reducir su déficit presupuestario en un dos
por ciento del PIB en 2013 frente al de 2012. A menos que cambien las
políticas en su conjunto, la consolidación de la zona euro será sólo del
0,1 por ciento del PIB en 2014, dijo la Comisión, frente al uno por
ciento en EEUU.
La Comisión ya ha indicado que dará a Francia, la segunda mayor
economía de la zona euro, y a España, la cuarta, dos años más para bajar
sus déficit presupuestarios por debajo del límite europeo del 3 por
ciento del PIB y también se prevé que otros países obtengan un año de
ampliación.
Pero a cambio, tanto Francia como España tendrán que
comprometerse a acometer amplias reformas estructurales del mercado
laboral cuyo objetivo es mejorar la competitividad de sus economías y
ayudar a crear empleo. Esas recetas probablemente tendrán mal encaje
entre los sindicatos.
"Incluso es más importante para Francia (que la consolidación
fiscal) que ponga un mayor y renovado énfasis en el mercado laboral, el
sistema de pensiones, en abrir profesiones cerradas y mercados de
servicios", dijo el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios Olli
Rehn en mayo.
"Francia necesita urgentemente desbloquear su potencial de
crecimiento y crear empleo y esto es al menos tan importante como
continuar con la consolidación fiscal", dijo.
El desempleo francés está por encima del 10 por ciento de la
fuerza laboral y se prevé que aumente. En España está en el 27 por
ciento y más de la mitad de los jóvenes no tiene empleo. La tasa
española duplica con creces la media de la zona euro, situada en el 12
por ciento.
La Comisión probablemente pedirá a Francia abordar su rígido
código laboral que hace muy difícil despedir a alguien que tenga un
contrato indefinido, lo que hace que los empresarios sean reacios a
contratar.
También el salario mínimo francés, que con 1.430 euros al mes
está entre los más altos de Europa, dificulta el empleo y hace que los
productos franceses sean menos competitivos a nivel mundial.
Francia también debería abrir profesiones cerradas como taxistas,
notarios y profesiones legales más generales y el sector sanitario, y
permitir la competencia en ferrocarriles y electricidad, donde la
estatal EDF tiene el 85 por ciento de los mercados de producción y
minoristas.
Es probable que Eslovenia, Holanda, Portugal y Polonia también obtengan más tiempo para reducir sus desfases presupuestarios.
Italia probablemente también verá el final a una acción disciplinaria de la UE por déficit excesivo y Hungría es otro candidato.