BRUSELAS.- Francia y Alemania han puesto todo su empeño en la creación de un
presidente permanente para dirigir la política económica de la zona
euro, un papel que marcaría un cambio fundamental sobre cómo se maneja
la moneda del bloque.
El esfuerzo pone en entredicho el desempeño del ministro holandés
de Finanzas, Jeroen Dijsselbloem, quien fue designado en enero
presidente del Eurogrupo, integrado por los ministros de Finanzas de las
17 naciones del área monetaria, para un periodo inicial de dos años y
medio.
Dijsselbloem, quien reemplazó al primer ministro de Luxemburgo,
Jean-Claude Juncker, ha inquietado a los mercados financieros después de
asumir su cargo, especialmente por comentarios sobre Chipre y en torno a
los depositantes en los bancos para que financien futuros rescates
financieros.
Esos puntos de vista, aunque respaldados por algunos en el Banco
Central Europeo y la Comisión Europea, han enojado a funcionarios en
París, Berlín y Bruselas.
En un encuentro en París el jueves, el presidente François
Hollande y la canciller Angela Merkel acordaron proponer a otros líderes
del bloque la designación de un jefe permanente del Eurogrupo, algo que
Francia favorece desde hace algún tiempo.
"Un presidente a tiempo completo del Eurogrupo con poderes
reforzados, incluyendo la posibilidad de delegar poder a otros ministros
de la zona euro", sería la "contribución" conjunta a la próxima cumbre
de la UE en junio bajo el título de "Reforzando la gobernaza y
legitimidad de la zona euro".
El portavoz de Merkel dijo que el objetivo era crear una posición
para que tenga un enfoque más dedicado a los asuntos de la zona euro.
"No debería ser un ministro de Finanzas de la zona euro sino un
presidente cuyo trabajo sería coordinar intensivamente las tareas", dijo
Steffen Seibert. "Será un trabajo muy exigente".
El documento franco-alemán dice que la propuesta debería ser
implementada dentro de dos años. Indica también que los líderes de la
zona euro deberían sostener cumbres con más frecuencia que las dos
sesiones anuales que actualmente celebran y tener la capacidad de poder
instruir a ministros especializados del bloque para que trabajen más
intensamente en temas como el empleo, asuntos sociales, investigación e
industria.
Ambas propuestas podrían ampliar la brecha entre el núcleo de la
zona euro y otros estados miembros de la Unión Europea que no forman
parte del bloque monetario y dan prioridad al gobierno nacional en lugar
de la Comisión Europea.
Cuando fue designado, Dijsselbloem, de 47 años, sólo había sido
ministro durante un par de meses y tenía poca experiencia en finanzas.
Pero era considerado como el mejor candidato disponible entre los 17
ministros que forman el Eurogrupo.
Su estilo ha sido notablemente diferente al de Juncker, quien
mantuvo el cargo durante casi ocho años y estaba acostumbrado a las
negociaciones entre bastidores de la política de la Unión Europea.
Juncker dijo una vez que "cuando las cosas se ponen serias, hay que
mentir".
Dijsselbloem, por otra parte, dice las cosas directamente pero su
discurso franco, especialmente en torno a Chipre, es lo que más ha
desestabilizado a los mercados y encendido los nervios entre los líderes
de la UE.
"En realidad no se ha cubierto de gloria", dijo un funcionario de
Francia después de que Dijsselbloem dijo en una entrevista
que los depósitos bancarios no asegurados podrían utilizarse para
financiar los bancos en futuros rescates, de una manera similar a la
Chipre.
"Como habría dicho (el ex presidente francés) Jacques Chirac, perdió una buena oportunidad para callarse", agregó.
En declaraciones durante una visita a Grecia, Dijsselbloem dijo
que la zona euro no necesitaba por ahora de un jefe permanente del
Eurogrupo, aunque la cuestión podría ser reexaminada a fines del 2014.
"El Eurogrupo está ahora funcionando bajo mi presidencia y me
sentiré feliz de hacerlo hasta finales del 2014", dijo a periodistas en
Atenas, agregando que no se sentía insultado.
Si se fuera a crear un presidente permanente del Eurogrupo
probablemente se necesitaría cambiar el Tratado de la UE, algo que sólo
se lograría con el transcurso del tiempo, lo que sugiere que si la idea
ganara impulso, Dijsselbloem cumpliría su periodo de dos años y medio en
el cargo.
Uno de los beneficios de tener un presidente permanente es que el
trabajo se basaría en Bruselas con su propio secretariado y no
respondería a un parlamento nacional.
Tal como funciona ahora, Dijsselbloem tiene que informar al
parlamento holandés antes de cada encuentro del Eurogrupo, una
obligación que puede limitar la privacidad y espacio de las discusiones
del Eurogrupo.
Igualmente, el cuerpo técnico de Dijsselbloem tiene su sede en La
Haya, lo que dificulta coordinar el mensaje político con los
funcionarios de Bruselas.
"La cosa más importante para un jefe del Eurogrupo es que discute
temas en su grupo -cuando uno hace eso en público las puertas podrían
cerrarse muy rápidamente", dijo un funcionario importante de la UE
involucrado en decidir la posición.
"El debate termina cuando uno es muy abierto o muy cándido", afirmó.