BASILEA.- El Banco de Pagos Internacionales (BPI) observa que los mercados pasan por alto las señales de desaceleración del crecimiento mundial por la abundante liquidez y que los inversores buscan rentabilidad en los bonos europeos con menor calificación.
En su último informe trimestral de junio, publicado hoy, el BPI
señala que "la racha de noticias económicas adversas entre mediados de
marzo y mediados de abril apenas interrumpió la subida de las bolsas en
las economías avanzadas".
"La nueva relajación de la política monetaria, seguida de una mejora
de las perspectivas en EEUU a comienzos de mayo, alentó la confianza de
los mercados e impulsó los principales índices bursátiles hacia nuevos
máximos", según el BPI, que es el banco de los bancos centrales y cuya
sede se encuentra en la ciudad suiza de Basilea.
El Dow Jones de Industriales de Wall Street, el Nikkei de Tokio y el
DAX 30 de la bolsa de Fráncfort, por ejemplo, han alcanzado niveles
máximos históricos.
"Ante los bajos rendimientos en los principales mercados de deuda,
los inversores buscaron rentabilidad en los bonos europeos con menor
calificación, títulos de mercados emergentes y deuda corporativa", dice
el BPI en el informe sobre la situación de los mercados financieros.
La nueva fase de política monetaria acomodaticia en las principales
áreas monetarias ha salpicado a los mercados financieros de todo el
mundo.
El Banco de Japón (BoJ) va a aplicar "un nuevo y ambicioso marco de
política monetaria expansiva", lo que ha disparado las bolsas y ha
reducido el tipo de cambio del yen.
"No obstante, estas rápidas ganancias hicieron vulnerables las
cotizaciones bursátiles frente a los cambios en la confianza de los
mercados, como demuestra el reciente repunte de la volatilidad",
apostilló el BPI.
El anuncio de la política monetaria del Banco de Japón también ha
desencadenado "fuertes fluctuaciones de precios en el mercado de deuda
pública japonesa" porque las compras oficiales reducirán el rendimiento
de esta deuda.
El Banco Central Europeo (BCE) recortó en mayo su tasa de interés
rectora en un cuarto de punto, hasta el 0,5 % y la Reserva Federal
estadounidense (Fed) reafirmó su disposición de comprar más deuda según
sea necesario.
La decisión respondió a la diferencia de los costes de las hipotecas y
préstamos a las empresas en Italia y España, que se sitúan muy por
encima de los de Alemania y Francia porque se mantiene la fragmentación
en los mercados de crédito de los países de la zona del euro.
La abundancia de liquidez y la baja volatilidad favoreció un entorno
favorable para asumir riesgo y para la actividad de "carry trade"
-financiarse o pedir prestado en activos de bajo rendimiento para
colocar o invertir en instrumentos de alto rendimiento-.
El yen se ha convertido en divisa de financiación, por su actual
tendencia a la baja, que le ha llevado a depreciarse un 10 % frente al
dólar desde que el BoJ anunció los detalles de su política monetaria y
hasta finales de mayo.
Por el contrario, algunas divisas de países con economías emergentes, como el peso mexicano, se han apreciado.
El Banco de Brasil ha sido el único que no ha relajado su política
monetaria, sino que ha subido la tasa Selic en 25 puntos básicos hasta
el 7,5 %, para hacer frente a la mayor inflación.