CIUDAD DEL VATICANO.- El Banco Vaticano obtuvo unos beneficios de
86,6 millones de euros en el año 2012, cifra que cuadruplica la de 2011
cuando se registró un beneficio neto de 20,3 millones de euros, según se
desprende del Informe Anual del Instituto para las Obras de Religión
(IOR), más conocido como Banco Vaticano, que la institución publica por
primera vez.
Este incremento se debe principalmente a los
resultados favorables por intermediación en los mercados y a los valores
más altos de los bonos, resultantes de la caída generalizada de las
tasas de interés en los mercados financieros a lo largo del año, según
precisa el informe.
De este beneficio neto de 86,6 millones de
euros, el IOR transfirió un total de 31,9 millones a un 'fondo' de
reserva para potenciales riesgos y destinó los otros 54,7 millones de
euros al uso de la Santa Sede.
El presidente del IOR, Ernst von
Freyberg, introduce el informe diciendo que es un honor publicar sus
cuentas por primera vez en la historia del IOR, fundado en 1942 por Pío
XII y cuyos orígenes datan de 1887 cuando el Papa León XIII creó la
'Comisión de las Obras Pías'. Con este informe, según señala, pretenden
contribuir a la transparencia que la Iglesia Católica, sus clientes, los
bancos y las autoridades esperan.
Además, subraya que el 2012
fue un año "económicamente satisfactorio" para sus clientes y para la
institución. "El entorno de los tipos de interés nos ayudó de dos
formas: nos beneficiamos de las ganancias derivadas de los intereses
relativos altos sobre nuestra cartera actual, en particular durante la
primera parte del año, y posteriormente nos beneficiamos de la subida en
el valor de mercado de los títulos de renta fija que manteníamos",
precisa.
A 31 de diciembre de 2012, el balance anual total del
Banco Vaticano era de casi 5.000 millones de euros, frente a los 4.000
de 2011, con un capital propio de 769 millones de euros y un ratio de
15,4%, un porcentaje que, según apunta el informe, supera
significativamente los estándares internacionales y provee de un colchón
seguro a los clientes.
El pasivo del balance se compone
esencialmente de los depósitos de los clientes, los cuales exigen al IOR
que sus fondos sean invertidos con seguridad y que los tengan
disponibles para sus necesidades. Por ello, según indica, el Banco
Vaticano invierte principalmente en valores de renta fija, deuda pública
y depósitos interbancarios a plazo y apenas en los mercados de valores y
en la cartera de préstamos. Tampoco pide prestado en el mercado
interbancario ni emite títulos de deuda, según añade.
Concretamente, en el pasivo, los depósitos bancarios constituyen la
partida más significativa pues representan el 97,3% con un importe de
4.100 millones de euros, lo que significa una subida del 27,3% con
respecto a 2011. Mientras, el lado activo se compone de depósitos
bancarios --que suponen 1.200 millones de euros-- y valores --que
alcanzan los 3.600 millones de euros--.
Del informe también se
desprende que los gastos de explotación suman un total de 23,9 millones
de euros, que incluyen gastos de personal, contribución a las pensiones,
mantenimiento general y honorarios profesionales.
Asimismo, se
observa que en 2012, el IOR recibió en custodia un total de 6.300
millones de euros en activos de clientes --2.300 millones en depósitos,
3.200 millones gestionados por el IOR bajo acuerdos de gestión de
activos y 800 millones en activos mantenidos para los clientes bajo
acuerdos de custodia--.
Por otra parte, el informe hace un análisis de la situación financiera
en la Eurozona y subraya que la recesión y la crisis de deuda
probablemente mantenga las tasas de interés y el rendimiento de los
bonos bajos para el futuro inmediato y puede significar tasas de
interés real negativas. Esto plantea también, según apunta, la cuestión
de la reinversión del riesgo.
Sobre la institución, el informe
concreta que el año 2013 ha estado marcado por cambios en la dirección y
por la intensificación del programa de reformas iniciado en 2011. Así,
el Banco Vaticano dice estar modernizando su estructura directiva y su
organización y apunta que ha recurrido a expertos externos para que les
ayuden en el cumplimiento de las recomendaciones del Moneyval y a
asesores en comunicación.
Asimismo, revela que a 31 de
diciembre de 2012, el Banco Vaticano contaba con unos 18.900 clientes,
lo que supone un descenso con respecto al año anterior, cuando se
contaban aproximadamente 21.000, una caída debida sobre todo al cierre
de cuentas inactivas.
El informe también incluye un análisis realizado por una auditora
externa, KPMG AG, según el cual, los datos financieros del Banco
Vaticano presentan de forma justa la situación financiera del IOR, su
actuación en esta materia y sus flujos de caja del año 2012 de acuerdo
con las normas internacionales.
La Comisión de Cardenales del
IOR, de la que forma parte el aún secretario de Estado del Vaticano
Tarcisio Bertone, da la bienvenida a este informe y remarca que "el IOR
se ha embarcado en una reforma en la que la clave es la transparencia".
Además, los cardenales recuerdan que "la razón de existir" del Banco
Vaticano es "servir a la Iglesia católica, en particular para sus
trabajos de caridad y sus actividades misioneras.
Desde que en
la Ciudad del Vaticano entró en vigor la legislación contra el lavado de
dinero el 1 de abril de 2011, el Instituto para las Obras de Religión
se ha implicado en un proceso de reforma de amplio alcance. El Papa
Benedicto XVI inició esta reforma y el Papa Francisco aceleró el proceso
con la creación el pasado 24 de junio de 2013 de una Comisión
Pontificia que asesorará sobre la dirección futura del IOR.
Actualmente, el IOR está llevando a cabo una revisión por parte del
Promontory Financial Group de todas las relaciones de clientes y ha
implementado procesos contra el blanqueo de capitales. Paralelamente,
está aplicando las mejoras apropiadas a sus estructuras y
procedimientos. Este proceso se inició en mayo de 2013 y esperan que
esté totalmente concluido para finales de 2013.