WASHINGTON/BRUSELAS.- Los equipos negociadores de Estados Unidos
y la Unión Europea (UE) abrieron hoy la séptima ronda negociadora para
cerrar el tratado comercial y de inversiones (TTIP, por sus siglas en
inglés), con nuevas sombras sobre su evolución por las dudas de los
europeos ante la cláusula de protección de inversiones.
Esta nueva ronda, que tiene lugar en Chevy Chase (Maryland), a las
afueras de Washington, vuelve a estar encabezada por Dan Mullaney, por
parte de Estados Unidos, y el español Ignacio García-Bercero, por parte
de la UE.
Las conversaciones se encuentran en un momento delicado después de
que se hayan constatado importantes diferencias, y ambas partes hayan
reconocido implícitamente que los plazos planteados para conseguir un
primer borrador final se han retrasado del final de 2014 hasta al menos
2016.
Uno de los principales puntos de enfrentamiento es el mecanismo de
protección del inversor y la solución de controversias
inversores-estados (ISDS, en sus siglas en inglés), que permitiría a las
empresas inversoras extranjeras litigar ante un tribunal de arbitraje
internacional en caso de que se modifique la normativa legal.
Aunque este aspecto no será discutido en la ronda que comenzó hoy y
que se prolongará hasta el próximo viernes, se ha convertido en uno de
los puntos polémicos, especialmente por las críticas expresadas por la
designada comisaria europea de Comercio, la sueca Cecilia Malmström.
Malmström aseguró hoy en Bruselas que es necesario un "nuevo
comienzo" de las conversaciones del acuerdo comercial, y señaló que no
descarta excluir el ISDS del borrador.
Según analistas consultados, Washington se opondrá a un texto
que no incluya este aspecto, al considerarlo clave en cualquier
negociación comercial.
Otro elemento importante es la insistencia por parte de la UE de definir un capítulo exclusivo sobre energía.
Hace unas semanas viajó a Washington Karel de Gucht, el comisario de
Comercio saliente, para presionar a Estados Unidos con el fin de que
levante la prohibición de exportaciones de petróleo ante el interés de
la UE de diversificar sus fuentes de suministro.
Por parte europea, se han marcado como líneas rojas el sector
audiovisual, y el acceso al mercado europeo de productos ganaderos
tratados con hormonas.
Asimismo, organizaciones de la sociedad civil han expresado su
preocupación porque los "altos" estándares medioambientales, sanitarios y
de protección de los consumidores de la UE se vean rebajados con este
pacto.
Por otro lado, y dadas la oposición frontal en el Congreso de Estados
Unidos entre republicanos y demócratas, la Administración
estadounidense ha sido incapaz, por el momento, de lograr que se apruebe
una ley de procesamiento rápido del acuerdo, sin enmiendas, lo que
complicaría la eventual ratificación del mismo.
Las conversaciones se realizarán a puerta cerrada, y el viernes
Mullaney y García-Bercero ofrecerán una rueda de prensa conjunta a la
conclusión.
Las negociaciones del TTIP, que se iniciaron hace un año, pretenden
recortar los aranceles y aproximar diferentes regulaciones técnicas
entre la UE y Estados Unidos para crear el mayor acuerdo comercial del
mundo (supondría el 50 % de la actividad económica global).
Ambas partes esperan que el Acuerdo Global Económico y Comercial
(CETA, por su sigla en inglés), culminado la pasada semana en Ottawa
tras cinco años de negociaciones entre la UE y Canadá, ofrezca un nuevo
impulso a las conversaciones entre Washington y Bruselas.
Una vez que el tratado entre en vigor, ambos bloques calculan que se
aumentaría el producto interno bruto (PIB) de la UE en 156.000 millones
de dólares, y el de Estados Unidos en 123.000 millones de dólares.
Posición de la nueva comisaria
La comisaria designada de Comercio, la liberal
sueca Cecilia Malmström, ha garantizado este lunes en su audiencia de
confirmación ante la Eurocámara que el acuerdo de libre comercio (TTIP,
por sus siglas en inglés) que Bruselas está negociando con Estados
Unidos no rebajará el nivel de protección medioambiental, alimentaria o
laboral en la UE.
Malmström no ha descartado excluir de este acuerdo con EEUU un
mecanismo de solución de litigios entre inversores y Estados (ISDS, por
sus siglas en inglés), pero ha indicado que su preferencia es
conservarlo, pero limitar su alcance para evitar abusos, como a su
juicio se ha hecho en el reciente pacto comercial entre la UE y Canadá.
Este mecanismo es cuestionado por la Eurocámara y por activistas y ONGs
por considerar que da poderes a las grandes multinacionales para limitar
la capacidad de regulación de los Gobiernos.
La UE y EEUU han iniciado precisamente este lunes la séptima ronda
de negociaciones para el acuerdo de libre comercio en Chevy Chase,
Maryland. La ronda, que se prolongarán hasta el 3 de octubre, se
centrará en cuestiones regulatorias.
"La posición de la UE es firme. El actual nivel de protección no
puede rebajarse y no se rebajará", ha dicho la política sueca en su
comparecencia ante el Parlamento.
"Intentar encontrar un enfoque común
(con EEUU) sobre salud, medio ambiente, empleo, seguridad de los
consumidores o riesgo financiero no puede consistir nunca en rebajar los
estándares sino en evitar costes extra", ha apuntado, y ha subrayado
que "no sacrificaremos el modelo europeo en beneficio del libre
comercio".
Por lo que se refiere al mecanismo de solución de litigios entre
inversores y Estados, Malmström se ha remitido a las declaraciones del
presidente electo de la Comisión, Jean-Claude Juncker, que dijo que no
aceptará "que la jurisdicción de los tribunales de los Estados miembros
sea limitada por regímenes especiales para disputas con los inversores".
La futura comisaria de Comercio ha recordado además que la
negociación de este capítulo está congelada a la espera de que se
conozcan los resultados de una consulta pública lanzada por el Ejecutivo
comunitario.
"En mi opinión es posible diseñar un sistema que responda a las
preocupaciones de los ciudadanos. Debemos fijar reglas que no sean
ambiguas para evitar abusos, introducir plena transparencia en el
sistema y garantizar que no pueda usarse para inhibir el derecho a
regular el interés público", ha defendido Malmström. A su juicio, el
actual Ejecutivo comunitario ya ha logrado estos objetivos en el
reciente acuerdo con Canadá, aumentado la transparencia y limitando las
posibilidades de abuso.
Para la futura comisaria de Comercio, lo mejor sería copiar en el
acuerdo con EEUU la solución encontrada con Canadá, o incluso mejorarla,
pero ha dejado claro que eso no se hará de forma automática. "No
excluyo que al final (el mecanismo de solución de litigios entre
inversores y Estados) quede fuera (del TTIP). Pero es demasiado pronto
para decirlo. Discutámoslo", ha apuntado.
Malmström ha evitado fijar plazos para el acuerdo comercial con
EEUU y ha dejado claro que "la sustancia debe prevalecer sobre el
calendario" y que el objetivo es que el pacto sea "amplio y ambicioso".
No obstante, se ha comprometido a presentar un informe sobre la marcha
de las negociaciones antes de fin de año. También ha prometido aumentar
la transparencia en las negociaciones, publicando el listado de personas
con las que se reúne así como su correo y remitiendo a todos los
eurodiputados los documentos de las negociaciones.
La próxima comisaria de Comercio ha asegurado que lograr un
acuerdo comercial entre la UE y Mercosur será "fantástico" porque se
trata de un mercado con "gran potencial". Sin embargo, ha apuntado que
se trata de un mercado "muy protegido" y que Bruselas no ha encontrado
hasta ahora la forma de avanzar en las negociaciones.
Malmström también ha considerado una "prioridad" negociar una
mejora del acuerdo comercial con México y ha dicho que podría pedir un
mandato para ello ya en 2015. Lo mismo ocurrirá, aunque más tarde, con
Chile.
En cuanto a las relaciones con China, la política sueca ha dicho
que la prioridad será concluir el acuerdo de inversión que acaba de
empezarse a negociar.