TOKIO.- El Banco de Japón se mostró hoy abierto a una mayor relajación de la política monetaria, en caso de nuevas amenazas al objetivo de combatir la persistente deflación.
"Estamos listos para ajustar nuestra política, ya sea una política de
mayor expansión o alguna otra cosa, si los cambios en el desarrollo
económico y financiero desvían el camino para el cumplimiento de nuestra
meta de precios", subrayó el gobernador de la entidad, Haruhiko Kuroda,
En una entrevista publicada por el diario financiero Nikkei, Kuroda no ahondó respecto a los pasos que se podrían dar en caso de aumentar el estímulo, y solamente dijo que dependerá del tipo de riesgo al que se esté respondiendo en un momento determinado.
La institución informó recientemente que quedó igual su programa de estímulo monetario con la finalidad de terminar con el ciclo deflacionario que afecta a esta nación desde hace más de 15 años.
Tal decisión apareció al término de la reunión mensual de dos días de esta instancia financiera nipona.
Los nueve miembros de su junta de política monetaria aprobaron por unanimidad sostener dicho plan de compra masiva de deuda pública.
De esa manera, el Banco continuará con operaciones para incrementar la base monetaria a un ritmo anual de 60 a 70 billones de yenes (unos 743 millones de euros).
Sobre la evaluación de la economía japonesa, prevé que continúe en la tendencia de la recuperación moderada, pese a augurar una afectación como consecuencia de una caída en la demanda.
La entidad lanzó un intenso programa de estímulos en abril del año pasado, cuando prometió llevar la inflación hasta dos por ciento en unos dos años.
Muchos inversores vaticinan un alivio de su política alrededor de julio ante la perspectiva de que el crecimiento económico no será lo suficiente fuerte como para impulsar el alza de los precios.
En una entrevista publicada por el diario financiero Nikkei, Kuroda no ahondó respecto a los pasos que se podrían dar en caso de aumentar el estímulo, y solamente dijo que dependerá del tipo de riesgo al que se esté respondiendo en un momento determinado.
La institución informó recientemente que quedó igual su programa de estímulo monetario con la finalidad de terminar con el ciclo deflacionario que afecta a esta nación desde hace más de 15 años.
Tal decisión apareció al término de la reunión mensual de dos días de esta instancia financiera nipona.
Los nueve miembros de su junta de política monetaria aprobaron por unanimidad sostener dicho plan de compra masiva de deuda pública.
De esa manera, el Banco continuará con operaciones para incrementar la base monetaria a un ritmo anual de 60 a 70 billones de yenes (unos 743 millones de euros).
Sobre la evaluación de la economía japonesa, prevé que continúe en la tendencia de la recuperación moderada, pese a augurar una afectación como consecuencia de una caída en la demanda.
La entidad lanzó un intenso programa de estímulos en abril del año pasado, cuando prometió llevar la inflación hasta dos por ciento en unos dos años.
Muchos inversores vaticinan un alivio de su política alrededor de julio ante la perspectiva de que el crecimiento económico no será lo suficiente fuerte como para impulsar el alza de los precios.
