BRUSELAS.- La inflación de la eurozona se ralentizó en agosto a un nuevo mínimo de cinco años, según los datos publicados el viernes por Eurostat, algo que seguramente preocuparía al Banco Central Europeo pero no lo llevaría a una intervención inmediata la próxima semana.
Los precios al consumidor en los 18 países que usan el euro
aumentaron en sólo un 0,3 por ciento interanual en agosto, su menor
incremento desde octubre de 2009, mostraron datos de la oficina de
estadísticas de la Unión Europea.
La cifra igualó las expectativas del mercado.
El BCE tiene como objetivo una tasa de inflación por debajo pero
cerca del 2 por ciento a medio plazo, un nivel visto por última vez en
el primer trimestre de 2013. También considera una "zona de peligro"
cualquier nivel por debajo de un 1 por ciento.
Una inflación cada vez mas cercana a cero, el estancamiento
económico, la tasa de desempleo en dos dígitos y las crecientes señales
de fatiga en las reformas entre los gobiernos de la zona euro plantean
un duro desafío para el BCE que dice no puede resolver solo.
En un discurso en la reunión de banqueros centrales en Jackson Hole
la semana pasada, el presidente del BCE, Mario Draghi, dijo que sería
"útil para el enfoque general de la política" si la política fiscal
pudiera tener un papel mayor de la mano de la política monetaria del
BCE.
Otros consideran que el BCE debería hacer más por estimular el crecimiento.
La desaceleración de la inflación en agosto estuvo liderada por un
descenso del 2,0 por ciento en los precios altamente volátiles de la
energía y un declive de un 0,3 por ciento en los precios de los
alimentos, el alcohol y el tabaco por segundo mes consecutivo.
La inflación subyacente, que no incluye componentes volátiles, subió a un 0,9 por ciento, desde un 0,8 por ciento.
En un comunicado aparte, Eurostat dijo que el paro en la eurozona se
mantuvo estable en julio, como se esperaba, en un 11,5 por ciento por
segundo mes consecutivo, lo que deja a 18,4 millones de personas sin
empleo en el bloque.
La atención se centra ahora en la reunión de política monetaria del
BCE el próximo jueves, en la que se espera que la lectura de inflación
encienda el debate en el Consejo de Gobierno. Analistas esperan una
discusión más seria sobre posible compras de activos a gran escala.
Fuentes dijeron ayer miércoles que la adopción de más medidas es improbable pero no imposible.