MOSCÚ.- El rublo ruso sufrió este lunes una baja histórica, lastrado por las sanciones occidentales contra Moscú y la caída del precio del crudo, solamente tres días antes de una muy esperada intervención del presidente del país, Vladimir Putin.
La
moneda nacional rusa cayó bruscamente en el mercado de cambios y cerró
la jornada con una pérdida de 9,5%, en una de sus peores jornadas desde
el período posterior al 'default' de Rusia en 1998.
Así, el euro
subió a 78,87 rublos, y el dólar a 64,34. Por su lado, el índice RTS de
la bolsa de Moscú, denominado principalmente en dólares, cayó un 10,12%.
En
un intento por contener este descalabro, el banco central ruso anunció
en las primeras horas del martes un aumento drástico de su tasa
directriz de interés, que pasa del 10,5% al 17%, el triple respecto a
principios de año.
"El rublo está fuera de control", resumió Chris
Weafer, economista del gabinete Macro Advisory. "Está en caída libre, a
causa del miedo nada más", añadió.
Con esta nueva caída, en un
país sometido a las sanciones económicas europeas y norteamericanas por
su papel en la crisis ucraniana, la divisa rusa ha perdido desde
principios de año un 42% de su valor frente a la moneda única europea y
un 49% ante el dólar.
Según las previsiones del banco central ruso, la inflación resultante será del 11,5% interanual en el primer trimestre de 2015.
Desde
principios de mes, el banco central ruso se ha gastado 5.900 millones
de dólares para sostener en el mercado de cambios al rublo, también muy
afectado por la caída de las cotizaciones del petróleo, que representa
la mitad de los ingresos de Rusia.
La institución alertó además
este lunes de que el PIB del país podría caer de 4,5 a 4,8% en 2015 si
los precios del petróleo se mantienen en torno a los 60 dólares el
barril, su actual cotización.
El Banco de Rusia había aumentado el
jueves su principal tasa de interés a 10,5%, cerca del doble de su
nivel de principios de año (5,5%) para intentar revertir la tendencia
bajista del rublo, aun a riesgo de afectar --con créditos más costosos--
a una economía nacional al borde de la recesión.
"Si entramos en
una espiral en la que se da la impresión de que todo va mal, y que la
economía se hunde, ninguna acción del banco central estabilizará la
situación" asegura en una tribuna en el diario de negocios Vedomosti
Maxim Buyev, profesor de Facultad de Economía de la Universidad Europea
de San Petersburgo.
De ahí que la
presión sea grande para Putin, que el jueves ofrece su gran conferencia
anual de prensa. El hombre fuerte del Kremlin tiene una popularidad
récord desde la anexión de Crimea, pero la población rusa se muestra
cada vez más pesimista sobre la situación económica.
Para apoyar a
la economía el presidente anunció una moratoria fiscal de dos años para
las empresas recién creadas y una amnistía para los capitales que
retornen a Rusia.
Pero estas medidas han sido acogidas con gran
escepticismo y el banco central consideró la semana pasada que esperaba
que las fugas de capital prosiguieran su mismo ritmo: unos 120.000
millones de dólares anuales.
Para el gabinete Capital Economics,
"la nueva caída del rublo (este lunes) va a alimentar las especulaciones
sobre la posibilidad de que las autoridades pudieran recurrir a medidas
cada vez menos ortodoxas para estabilizar la moneda, incluso los
controles de capitales", una medida de momento rechazada y que, según
los expertos, "arruinaría la credibilidad de Rusia en los mercados
internacionales".