BRUSELAS.- El presidente de la Comisión
Europea, Jean-Claude Juncker, ha lamentado este viernes la falta de
avances en las conversaciones sobre el programa de rescate a Grecia, en
momentos en los que se multiplican las peticiones para que Atenas modere
su posición para evitar una catastrófica salida del euro.
"No
estoy satisfecho con el desarrollo de los acontecimientos de las últimas
semanas", ha dicho Juncker en una breve declaración a la prensa al
recibir en Bruselas al primer ministro griego, Alexis Tsipras. "No creo
que hayamos hecho suficientes avances, pero intentaremos seguir
empujando en la dirección de una conclusión exitosa de los temas que
debemos resolver", ha añadido.
Grecia logró en febrero una
extensión de cuatro meses del actual programa de rescate, a cambio de un
programa detallado con reformas validadas por sus acreedores.
Esta
semana, expertos de Grecia y de la troika de acreedores, la Comisión
Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, se
sentaron finalmente a analizar los próximos pasos. Sin embargo, esta
primera reunión estuvo acompañada con nuevas críticas de Atenas a
Berlín.
Tsipras se declaró el martes favorable a reactivar una comisión
parlamentaria sobre los crímenes de guerra cometidos en Grecia por la
Alemania nazi y el ministro de Justicia amenazó al día siguiente con
confiscar los bienes alemanes en compensación por los crímenes de los
nazis durante la Segunda Guerra Mundial. La mayoría de los partidos
políticos griegos sostienen que Alemania debería haber devuelto a Grecia
un préstamo que le hizo por imposición nazi, así como indemnizaciones
por los crímenes cometidos.
El ministro de Finanzas alemán,
Wolfgang Schauble, muy crítico con Atenas y con el nuevo Gobierno de
izquierda radical de Tsipras, advirtió de que no "excluye" una salida
desordenada de Grecia de la zona euro. "No podemos excluir" una salida
desordenada del euro, dijo Schäuble en una entrevista con la televisión
pública austríaca.
"El Eurogrupo está dispuesto a ayudar a Grecia, pero
Grecia debe dejarse ayudar", dijo en una entrevista con la televisión
pública austriaca.
Más de la mitad de los alemanes (52%) está a
favor de que Grecia salga del euro si no cumple sus compromisos, según
un sondeo publicado este viernes.
El presidente del Eurogrupo,
Jeroen Dijsselbloem, lamentó por su parte que Grecia eche "muy a menudo"
la culpa a los demás. "Hay mucha violencia verbal y no sirve para
nada", advirtió.
A pesar de la tensión que
genera el asunto, Juncker aseguró que el fracaso para resolver la
situación de Grecia no es una opción. "Excluyo totalmente un fracaso. No
quiero un fracaso", agregó Juncker que explicó, sin embargo, que la
Comisión "no tiene el papel más importante, todas las decisiones las
deberá tomar el Eurogrupo".
Para facilitar los trabajos técnicos
con Grecia, sus socios de la zona euro aceptaron revisar la semántica,
rebautizando a la 'troika de acreedores', que carga el estigma de las
políticas de austeridad dictadas a Atenas por funcionarios de segunda
línea, como el 'grupo de Bruselas', una reivindicación del nuevo
Gobierno.
Tsipras y Juncker han acordado este viernes, según un
portavoz de la Comisión Europea, que el exprimer ministro letón Valdis
Dombrovskis, defensor de la ortodoxia fiscal y actual vicepresidente del
brazo ejecutivo de la UE, lidere una delegación -por la parte europea- a
cargo de negociar con los responsables griegos. Sin embargo, fuentes
europeas relataron parcialmente lo que se dijo de puertas para adentro
del encuentro: el peligro sigue siendo extremo. "Juncker dijo a Tsipras
que estaba muy preocupado y que no podía descartar un 'accidente'", ha
indicado esta fuente.
Según esta fuente, Juncker pudo haber
"urgido" a Tsipras a "multiplicar sus esfuerzos y evitar las
declaraciones que solo pueden dividir".
El primer ministro griego
se declaró, por su parte, "optimista" de la "voluntad política para
hallar soluciones a los problemas comunes". Grecia ya "está haciendo su
parte", dijo, agregando que esperaba que sus socios de la zona euro
hagan otro tanto.
De Atenas depende ahora que Europa desbloquee por fin los 7.000 millones de euros que llevan esperando desde hace meses.