VIENA.- Entre los principios de la Organización de Países Exportadores de
Petróleo (OPEP) rondan dos objetivos: garantizar precios justos y estables
para los productores, y un abastecimiento eficiente, económico y
regular a los consumidores.
Desde mediados de 2014, la caída de los precios del barril de crudo
puso en dificultades a los primeros, y en una mejor posición a los
otros, por lo que cabría preguntarse, ¿tiene la dirigencia de la OPEP la
intención y el poder para regular los precios en favor de los
exportadores más afectados?
El repunte de más de 8% que tuvieron los precios el lunes pasado,
luego del anuncio de una posible reunión urgente del organismo para
discutir una reducción de bombeo, sugiere que ese poder permanece, fuera
del cartel de EE.UU.
A mediados de agosto, el ministro de Petróleo de Irán, Biyan
Zanganeh, afirmó que una cita inesperada de la organización sería
“eficaz” para detener el desplome.
Especialistas consideran que este poder se terminó y vaticinan,
incluso, el fin de la OPEP. El experto en temas petroleros y director
global de commodities de City Group, Edward Morse, señaló que la
extracción de crudo de esquisto por parte de EE.UU. “ha creado una
especie de amenaza existencial” para Arabia Saudí, el mayor productor de
la OPEP -con más de 11 millones actualmente-, y al organismo como tal.
Fundada en 1960, el grupo tiene una participación total en el mercado
del 41,8% (datos de 2014), con 30,7 de millones de barriles diarios
(mbd), menos de la mitad de la producción mundial, que promedió los 73,4
mbd, con un incremento de 0,7% el año pasado, (ver infografía).
Para Pedro Merizalde, ministro de Hidrocarburos en Ecuador, el mercado petrolero
obedece a muchos factores geopolíticos, ajenos a las decisiones de una
sola organización, país o intereses determinados.
Manifestó que el precio del barril de petróleo siempre tiene un
comportamiento cíclico que podría implicar variaciones positivas en los
próximos meses.
El despunte de EE.UU. como productor causó que el grupo perdiera a su
principal cliente y también la capacidad de manipular los precios en su
beneficio.
La intención de la OPEP genera dudas. En 2014, contrario a lo
esperado, Arabia Saudita y otros estados del Golfo Pérsico impulsaron un
cambio en la estrategia, incrementando el bombeo para permitir que los
precios continúen cayendo y desalentar el crecimiento en fuentes
competitivas de suministros, puntualmente EE.UU.
Para el analista petrolero Luis Calero, el hecho de que los países
con más producción sean los que tienen peso en la organización, hace que
esta en conjunto pierda poder, y que los círculos de países más
pequeños, como Ecuador y Venezuela, no tengan voz ni voto.
“Si Arabia Saudita logra un acuerdo con Rusia, y eso se puede
traducir en una resolución de la OPEP, eso valdrá, pero si ellos deciden
no reducir la producción, ¿quién lo hará?”, se cuestionó.
La agencia rusa Sputnik Nóvosti informó que los presidentes de
Venezuela, Nicolás Maduro; y de Rusia, Vladimir Putin, analizaron en Pekín, pasos para apuntalar los precios del petróleo, pero son
conscientes de que para incidir en el mercado es imprescindible un
acuerdo con Arabia Saudita.
Rusia y la OPEP dialogaron sobre medidas para apuntalar los precios,
la última vez en julio en Moscú, pero sin llegar a un acuerdo. De
acuerdo con declaraciones del viceprimer ministro de ese país, Arkadi
Dvorkovich, citadas por esa fuente, Rusia “estaría lista para mantener
nuevamente consultas con la OPEP respecto a estabilizar los precios del
crudo”.
¿Qué pasará con el precio en los próximos meses? Por ahora Calero
prefiere apegarse a los pronósticos del departamento de Energía de
EE.UU. y de la OPEP.
Con iguales condiciones en la economía mundial y de oferta y demanda
de crudo, el precio del barril WTI (de referencia para Ecuador) estaría
en el orden de los 49 dólares promedio hasta finales de este año, y para el
siguiente en 54.
“Qué vuelva a los 100 es imposible, salvo un acontecimiento extraordinario”, apuntó.
Bajo esas consideraciones, el analista considera que cada país deberá
“afrontar su realidad” y tomar las medidas que sean necesarias,
independiente de las decisiones que pudiera adoptar la OPEP.
“No podríamos estar esperanzados en lo que esta resuelva, ahora cada quien deberá tomar sus propias decisiones”, aseveró.
El crudo exportado por los países miembros de la OPEP promedió en dólares 96,29 en 2014, frente a los 105,87 que tuvo en 2013. Se estima que
hay sobreoferta en el mercado de tres millones de barriles diarios, lo
que hace que se considere poco probable que una decisión de retirar
500.000 barriles al día equilibre el mercado.
A la mala situación de los países exportadores, se sumó la
desaceleración de la economía china, que consume más del 10% del crudo.