ANKARA.- Ministros de Finanzas y banqueros centrales del G-20 intentaban el viernes cerrar filas ante dos grandes desafíos, la ralentización en China y una probable alza de las tasas de interés en Estados Unidos.
Los tumbos bursátiles y económicos en
China, así como las intenciones de la Reserva federal ("Fed"), el banco
central estadounidense, centrarán hasta el sábado las reuniones de los
responsables de las 20 principales economías mundiales en Ankara.
Tal
y como lo había anunciado, el secretario del Tesoro de Estados Unidos,
Jack Lew, instó a China a "abstenerse de toda devaluación competitiva.
China
debe "permitir que su tipo de cambio refleje los fundamentos
económicos, evitar las distorsiones cambiarias persistentes y abstenerse
de toda devaluación competitiva", dijo Lew, según un comunicado, a su
homólogo chino, Lou Jiwei, durante una reunión este mismo viernes.
No obstante, los participantes del G-20 buscar tranquilizar, sobre todo a los mercados, que seguían en baja el viernes.
"El
ambiente no es en absoluto poner a China en el banquillo de los
acusados", aseguró uno de los participantes de las reuniones del
viernes, quien dice tener "confianza plena" en la capacidad del gobierno
chino para gestionar la desaceleración.
Pero China "debe
comunicar de forma más clara", estimó esta fuente, haciendo referencia a
"cierta confusion" creadas tras la devaluación brutal del yuan en
agosto.
La directora gerente del Fondo
Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, llamó por su lado a
los países emergentes a ser "vigilantes" ante los efectos de la
ralentización en China, que se refleja en reiterados brotes de pánico en
las bolsas y fuertes caídas de los precios del petróleo y otras
materias primas.
Después de que Draghi dijera el jueves no tener
"ningún límite" para apoyar a la economía de la zona euro, ahora los
ojos se vuelven hacia su homóloga de la Fed, Janet Yellen.
La
publicación el viernes de cifras sobre el empleo en Estados Unidos,
menos buenas de lo previsto, no ayudó en nada para despejar la
incertidumbre sobre un alza de las tasas de la Fed en septiembre.
Semejante
decisión podría estar justificada por la solidez de la economía
norteamericana pero enviaría una onda de choque a países emergentes,
algunos de los cuales, como Brasil y Rusia, ya tienen serias
dificultades.
Un endurecimiento monetario en Estados Unidos
tendría un efecto de "aspirador" de capitales, atraídos por mejores
rendimientos, en detrimento de la estabilidad financiera de las
economías emergentes ya afectadas por la caída de las cotizaciones de
las materias primas.
También se fijarán estrategias en la lucha contra las prácticas de evasión fiscal de grandes multinacionales.
Por
otra parte, el ministro brasileño Joaquim Levy --objeto de rumores de
un eventual cese-- participa en la reunión del G-20, que se celebra en
plena crisis migratoria en Europa. El gobierno brasileño aseguró que
seguiría en su cargo.
Saliendo de la esfera puramente económica, los responsables reunidos en Ankara abordaron la crisis migratoria en Europa.
"Hablamos
por primera vez del tema de las migraciones, en el marco de las
migraciones laborales", dijo a la prensa el ministro turco de Trabajo
Ahmet Erdem.
"Si tomamos en cuenta el rápido envejecimiento de la
población mundial y una posible escasez laboral en un futuro, creo que
este tema será discutido aún más en las reuniones del G-20 en los
próximos años", auguró Erdem.
El secretario general de la OCDE,
Angel Gurria, llamó por su parte a apoyar una propuesta "estructurada y
ambiciosa" del presidente francés François Hollande y la canciller
Angela Merkel sobre cuotas obligatorias de acogida de migrantes en los
países de la UE.
Los participantes también buscarán coordinar
mejor la lucha contra la financiación del terrorismo, un tema candente y
en particular en Turquía, país vecino de Siria, donde los yihadistas
del grupo Estado Islámico controlan numerosos territorios.
Francia
tratará por su lado de movilizar fondos contra el calentamiento
climático, en vísperas de la gran conferencia sobre el clima (COP 21)
que se realizará en París a fin de año.