PARÍS.- Las empresas mineras batallan por
mantenerse a flote después de un año de fuerte caída de los precios de
las materias primas y de exceso de la oferta, que podrían provocar
nuevos cierres en 2016.
La avidez tradicional de China por las
commodities se ha desvanecido y el consumo interno se está convirtiendo
en el motor del crecimiento de la segunda economía mundial, en
detrimento de las inversiones masivas.
En paralelo, las grandes
firmas mineras siguen aumentando su producción -y acentuando el derrumbe
de los precios- y son acusadas de querer con esa política sacar
definitivamente del juego a competidores de menor envergadura.
El
precio del mineral de hierro -usado para fabricar acero- se hundió por
debajo de los 40 dólares la tonelada a principios de diciembre, su nivel
más bajo desde mayo de 2009; el precio del carbón térmico cayeron un
80% respecto a su máximo de 2008 y la cotización del barril de petróleo
se halla en su mínimo en ocho años.
Esas depreciaciones han
tenido un grave impacto en la actividad minera en todo el mundo,
empujando al precipicio a los actores más pequeños y erosionando los
presupuestos gubernamentales de las economías más dependientes de los
recursos naturales, como la de Australia.
En Chile, primer
productor mundial de cobre, las inversiones extranjeras directas,
concentradas principalmente en el sector minero, cayeron un 10% entre
enero y agosto, según la Comisión Económica para América Latina y el
Caribe (Cepal).
Incluso grandes nombres del sector como
Anglo-American, cotizada en la Bolsa de Londres, han tenido que recortar
su plantilla en casi dos tercios y cerrar minas deficitarias.
El gigante suizo Glencore
planea recortar su deuda reduciendo la inversión y vendiendo activos.
En octubre, puso en venta la mina de cobre Lomas Bayas en Chile y la de
Cobar en Australia.
"Sólo hay que mirar cualquier precio de la
acción para saber que ha sido un año traumático para los mercados de
materias primas y para las empresas mineras", dijo Andrew
Driscoll, jefe de investigación de recursos de CLSA.
La
caída marca el fin de un superciclo de las commodities a lo largo de la
última década, liderado por China, pero también impulsado por la fuerte
demanda de otras economías en desarrollo con rápido crecimiento.
Según
los analistas, las mineras pidieron demasiados préstamos y
sobrestimaron el crecimiento de la demanda. "Aumentaron demasiado su
capacidad de producción y ahora tenemos excedentes en cada commodity",
afirmó Daniel Morgan, analista del sector en el banco UBS.
"Creo
que es sin duda uno de los años más duros a los que se ha enfrentado
nunca la industria minera", añadió, comparando la situación a la de la
crisis financiera mundial de 2007-2008, la crisis financiera asiática de
1997 e incluso a la que se produjo tras el desmoronamiento de la Unión
Soviética en 1991.
El banco Goldman Sachs
estimó la semana pasada que el sector del mineral de hierro necesitaba
"hibernar durante un largo periodo", prediciendo que los precios se
mantendrían por debajo de los 40 dólares durante tres años.
La
Agencia Internacional de Energía (AIE) aseguró a mediados de diciembre
que la producción energética mundial podría estar saliendo de la edad
del carbón, debido a la menor demanda china y al auge de energías
renovables como alternativas a ese combustible fósil extremadamente
contaminante.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo
(OPEP) decidió este mes mantener sin cambios sus límites de producción,
pese a los reclamos de países como Venezuela para rebajarlos, a fin de
respaldar los precios del crudo, que están en sus niveles más bajos en
siete años.
"Tuvimos una gran fiesta de 2011 a 2015, y ahora sentimos la resaca", dijo Mark Gordon, analista de Breakaway Research.
Con
una demanda que debería seguir a tendencia de la economía china a la
desaceleración, habrá ajustes por el lado de la oferta, según analistas,
para quienes las mineras tardaron demasiado en frenar su producción.
La
adaptación debería por eso acelerarse el próximo año, con nuevos
cierres, de manera a restablecer un equilibrio entre oferta y demanda.
"Hay
algo de luz al final del túnel, pero si eres un productor de alto
coste, si tienes mucha deuda, entonces las cosas seguirán siendo muy
difíciles", estima Driscoll.