SANTIAGO.- La aversión al
riesgo castiga a América Latina, cuya inversión extranjera directa (IED)
podría caer este año hasta un 8 %, anticipó hoy Alicia Bárcena,
secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el
Caribe (Cepal).
"América Latina es la región que menos porcentaje de inversión está
logrando en el mundo", señaló Bárcena al presentar el informe anual de
este organismo sobre la IED en la región, que señala que las entradas de
inversión extranjera directa durante 2015 disminuyeron un 9,1 %
respecto al año anterior, alcanzando los 179.000 millones de dólares, el
nivel más bajo desde 2010.
Esta disminución "está relacionada con la caída de los precios de las
materias primas, pero también es un fenómeno global (...), no estamos
viendo apetito por invertir, hay aversión al riesgo", declaró Alicia
Bárcena en rueda de prensa celebrada en Santiago.
Aunque el año pasado los flujos mundiales de IED aumentaron un 36 %,
llegando a un monto estimado de 1,7 billones de dólares, lo hicieron
empujados por una intensa ola de fusiones y adquisiciones
transfronterizas focalizada en los países desarrollados, especialmente
Estados Unidos.
"La banca multilateral se comporta igual que la banca comercial, se
vuelve procíclica", criticó Alicia Bárcena para enfatizar la necesidad
de "buscar la mayor cantidad de mecanismos anticíclicos para potenciar
la inversión, que es lo más estable y rentable a mediano y largo plazo".
En su informe anual "La Inversión Extranjera Directa en América
Latina y el Caribe 2016", la Cepal identifica un fuerte retroceso de la
IED en sectores vinculados a los recursos naturales, principalmente la
minería e hidrocarburos, situación que se ve agravada por la
desaceleración del crecimiento económico.
En Brasil, la IED se redujo un 23 %, hasta los 75.075 millones de
dólares, aunque el país se mantuvo como el principal receptor de la
región, con un 42 % del total.
En México, segundo mayor receptor, las entradas aumentaron un 18 %,
hasta los 30.285 millones de dólares, uno de sus niveles más altos en
siete años.
En cambio, la caída de los precios de los minerales afectó
negativamente los ingresos de IED en Chile un 8,0 %, a 20.457 millones
de dólares y de Colombia en un 26 %, a 12.108 millones, respectivamente.
En Argentina las entradas aumentaron un 130 %, hasta los 11.655
millones de dólares, alza que se explica porque en 2014 se contabilizó
la nacionalización del 51 % de la estatal Yacimientos Petrolíferos
Fiscales (YPF) realizada en 2012, que significó una desinversión de
cerca de 6.000 millones de dólares en 2014.
En Centroamérica los ingresos de IED aumentaron un 6 %, totalizando 11.808 millones de dólares.
Con un 43 % del total, Panamá continúa siendo el principal receptor
en la subregión; le siguen Costa Rica (26 %), Honduras (10 %) y
Guatemala (10 %).
En tanto, la IED en el Caribe disminuyó un 17 % hasta los 5.975 millones de dólares.
"Europa y Estados Unidos siguen siendo las principales fuentes de
inversión extranjera directa en la región", explicó Alicia Bárcena.
En 2015, Estados Unidos se convirtió en el principal inversor en la
región, con un 25,9 % de las entradas de IED recibidas por América
Latina y el Caribe, seguido de Holanda, con un 15,9 %, y España, con un
11,8 %.
Sin embargo, la estadística no se corresponde con la presencia de
empresas holandesas en la región, sino que se debe a que muchas
trasnacionales establecen sus filiales en los Países Bajos por las
ventajas fiscales para invertir en terceros países.
La caída de los precios del petróleo y de los metales como
consecuencia del fin del superciclo de las materias primas, junto a la
desaceleración del crecimiento económico mundial, han reducido los
flujos de IED hacia los recursos naturales, explica la Cepal.
En el lado contrario, el sector de las energías renovables presenta
una expansión alta y una importancia creciente en la región, seguido de
las telecomunicaciones, un sector en el que las empresas extranjeras son
dominantes y que requiere de grandes inversiones.
Considerando el volumen de inversión de estas compañías, Brasil y
México son los países con más capital invertido fuera de sus fronteras,
aunque en 2015 Chile fue el principal inversionista en el exterior, con
15.794 millones de dólares, un 22 % más que el año anterior.