miércoles, 14 de noviembre de 2018

May confirma el acuerdo del Brexit / Pablo Sebastián *

La primera ministra británica Theresa May no es Margaret Thatcher pero en trabajo y tenacidad no le va a la zaga a la ‘dama de hierro’. Y de momento acaba de conseguir un buen acuerdo para su país -“el mejor posible”, dijo- en las duras negociaciones del Brexit y tras una ardua labor negociadora plagada de obstáculos.

Los que ella heredó por causa del temerario referéndum que convocó David Cameron y que, contra todo pronóstico, ganaron los euroescépticos y obligó a May a pilotar la salida del Reino Unido de la UE en circunstancias difíciles de pactar con sus aliados de Irlanda del Norte, su grupo parlamentario y su propio gobierno.

El mismo con el que ayer May, después de cinco horas de reunión, llegó a un acuerdo sobre el proyecto que ella ya ha pactado con la Unión Europea.

Lo que sin duda constituye un importante y decisivo paso que fue saludado con optimismo por los negociadores de la UE, mientras en Bruselas se ponía en marcha todo el operativo político para que sus principales instituciones como el Consejo Europeo del día 25 ratifique el acuerdo.

Lo que también debe hacer el Parlamento británico ahora que se ha hecho público el documento del pacto. Y lo que conducirá a la salida oficial del Reino Unido de la Unión Europea el próximo 29 de marzo de 2019. Como lo anunció ayer May en la Cámara de los Comunes asegurando que no habrá ningún otro referéndum en Gran Bretaña sobre esta misma cuestión.

Un acuerdo entre Londres y Bruselas donde se incluye un apartado sobre la situación en la que quedará Gibraltar tras la salida del Reino Unido de la UE. Apartado que ha sido negociado por Londres y Madrid y en el que, al final, España no incluyó ninguna petición sobre la cosoberanía de La Roca (como lo pretendía el anterior Gobierno de Rajoy) a cambio de garantías contra el contrabando de tabaco y más ventajas de índole económica y laboral para los trabajadores españoles que todos los días se desplazan al Peñón.

La clave del acuerdo hallado entre May y la UE sobre el obstáculo de las fronteras de las dos Irlandas y la UE se basa sobre todo en un aplazamiento del problema durante los dos años de transición del pacto, donde se espera mejorar e ir perfeccionando un pequeño paso inicial. Inicialmente y en ese periodo de casi dos años manteniendo la Unión Aduanera hasta el 31 de diciembre de 2020.

Y mientras se negocia la futura relación comercial del Reino Unido con la UE a partir del 30 de marzo de 2019, una vez que Gran Bretaña haya salido, el día antes, de la UE por lo que Bruselas negociará con Londres como si fuera un tercer país ajeno a su entorno político y comercial de la Unión Europea.

La que seguirá su propio periplo sin Gran Bretaña que, a su vez, habrá recuperado su autonomía e independencia tal y como se acordó al término del referéndum del Brexit del que muy posiblemente muchos británicos se arrepentirán entre otras cosas porque los aleja de las grandes potencias del mundo global.


(*) Periodista español


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