BUENOS AIRES.- El Senado argentino
aprobó anoche un austero presupuesto para 2019 en busca del
equilibrio fiscal que le asegure al país el auxilio financiero de 56.000
millones de dólares pactado con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El respaldo político al plan de ajuste que impulsa el gobierno
de Mauricio Macri se produce semanas antes de que Argentina albergue la
cumbre de líderes del G-20.
"Es algo que nos propusimos una mayoría de los argentinos
que entendimos que tenemos que empezar a ser responsables, serios, que
no podemos seguir viviendo por arriba de nuestras posibilidades",
aseveró Macri este jueves, al felicitarse por el apoyo obtenido.
La
votación fue de 45 senadores a favor, 24 en contra y una abstención, al
cabo de más de doce horas de debate mientras en los alrededores
manifestantes repudiaron los recortes en salud, educación, vivienda,
obra pública, cultura y subsidios.
Aunque la alianza oficialista
Cambiemos (centro-derecha) no cuenta con mayoría en el parlamento, el
gobierno obtuvo el apoyo clave de un sector del Partido Justicialista
(oposición peronista).
El presupuesto "es de ajuste en el marco de
una crisis que voló todo por el aire, votar en contra sería una muy
mala señal a nivel internacional", justificó en su discurso Miguel Angel
Pichetto, jefe del bloque justicialista.
De hecho, el FMI
consideró este jueves la aprobación del presupuesto como "un paso muy
positivo", que "muestra un claro compromiso por parte de las autoridades
argentinas y un espectro más amplio de fuerzas políticas para
fortalecer las políticas económicas del país", según su portavoz Gerry
Rice.
La expresidenta de centro-izquierda Cristina Kirchner,
actual senadora y una de las principales opositoras, sostuvo que el
presupuesto para 2019 es "en realidad una planilla diseñada para cumplir
con el déficit cero" al que se comprometió el gobierno ante el FMI.
"No se sale de la recesión ajustando el gasto público,
porque lo que vamos a hacer es profundizar el sufrimiento de la sociedad
argentina", aseveró Kirchner.
En la calle, Ana María de
Jesús, de 67 años, una de las manifestantes, se lamentó al decir que
"el pueblo está en contra de este presupuesto, estuvo en contra de pedir
préstamos al FMI, pero hay oídos sordos".
El ministro de
Economía, Nicolás Dujovne, admitió que "esto nunca se había hecho en
Argentina sin que caiga el gobierno, un ajuste fiscal de esta magnitud".
"Mas allá de recurrir a impuestos transitorios, no
recurrimos a controles de capitales, cepos, confiscaciones ni represión
financiera", detalló el ministro.
El
presupuesto que regirá en 2019, último año de gobierno de Macri,
contempla el recorte de gastos por unos 400.000 millones de pesos (unos
10.000 millones de dólares) respecto del año anterior.
Busca bajar a cero el déficit fiscal primario, que en 2017 cerró en 3,9% del PIB y que para 2018 se proyectó en 2,7%.
Para
ello se reducirán gastos equivalentes a 1,5% del Producto Interno Bruto
y se aumentará la recaudación en cerca de 1,2% del PIB.
Está en línea con el acuerdo alcanzado con el FMI a cambio de un auxilio de 56.000 millones de dólares.
"En
el corto plazo, el programa fiscal tiene efecto inequívocamente
contractivo sobre la demanda agregada, la actividad económica y el
empleo", explicó el economista Héctor Rubini, de la Universidad
del Salvador de Buenos Aires.
Argentina acudió al FMI en
medio de una corrida cambiaria que comenzó en abril depreció el peso
50% a lo largo del año, con una inflación estimada por encima de 40%
para el cierre de 2018.
Para
estabilizar la moneda, el Banco Central estableció desde octubre un
sistema de bandas de fluctuación y mantener la base monetaria constante
hasta junio de 2019. Desde entonces el peso argentino se revalorizó un
10% frente al dólar.
"La desaceleración de la inflación requiere
una política monetaria restrictiva, pero para que sea efectiva exige una
reducción de la velocidad de aumento de tarifas públicas, precios
regulados y salarios", advirtió Rubini.
El nuevo presupuesto se
aprobó dos días después de que la calificadora de riesgo S&P
rebajara la nota de la deuda argentina de B+ a B.
Sin embargo, la
agencia Moody's consideró este jueves que la aprobación del presupuesto
"es clave para mantener el apoyo continuo del FMI, lo cual es positivo
para el perfil crediticio del país ya que permitirá a Argentina cubrir
sus necesidades de financiamiento para 2018 y 2019, a pesar de tener un
limitado acceso a los mercados".
El FMI estima que la economía argentina se contraerá 1,6% este año y 2,6% en 2019.
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