ROTTERDAM.- El puerto de Rotterdam, acceso marítimo del Reino Unido a la Unión Europea (UE), acumula provisiones en los muelles, moviliza agentes de aduanas y veterinarios, y se empapela de información legal para las empresas, en preparación para todos los escenarios del "brexit.
La situación en el puerto se asemeja a la de los días previos a un
posible desastre natural: las empresas han alquilado espacios en los
muelles donde acumulan, aprovechando que no hay controles fronterizos,
desde químicos hasta alimentos envasados y bebidas, pasando por cascos y
bicicletas.
Si ahora exportar una caja de leche o fruta es cuestión de horas, con el nuevo panorama, puede llevar días.
Un "brexit" sin acuerdo daría pie a una gran cantidad de gestiones
burocráticas, cambios legales, inspecciones sanitarias de los productos y
controles de pasaportes, que hasta ahora eran innecesarias al tratarse
de un marco común europeo, en el que todos comparten las reglas del
juego.
Sin embargo, con unos 3.000 camiones y
remolques cruzando cada día el Puerto de Rotterdam, el más grande de
Europa, desde y hacia el Reino Unido, aplicar las normas establecidas
para terceros países a un gran socio comercial como el británico, crea
incertidumbre entre las autoridades portuarias, que aguardan con
inquietud un acuerdo de salida negociado que reduzca la presión
aduanera.
La directora general de Aduanas, Nanette
van Schelven, explica que la salida del Reino Unido de las normas
comunes europeas es "un gran desafío" y supone "trabajo adicional para
los controles fronterizos" en Holanda.
"Estamos
contratando personal extra, también damos información a las empresas
para que se preparen para lo que pueda pasar: he enviado unas 72.000
cartas a compañías holandesas y estamos dando folletos en diez idiomas a
empresarios extranjeros para que se vayan organizando", dijo Van
Schelven en una entrevista en el embarcadero.
El
aplazamiento de la fecha definitiva del "brexit" no hace más que añadir
incertidumbre a la Autoridad Portuaria, las aduanas y la Autoridad
Holandesa de Seguridad de los Productos Alimentarios y del Consumidor
(NVWA), todos actores involucrados en la organización diaria del
comercio transfronterizo entre el Reino Unido y la UE.
"No podemos asumir riesgos, ni tampoco dejar de estar preparados para
lo que pueda pasar, y teniendo en cuenta la situación desde el
principio, hemos asumido el peor escenario desde hace dos años",
reconoce Mark Dijk, gerente de Asuntos externos de la Autoridad
Portuaria (AP) de Rotterdam.
El peor escenario sería
una salida británica de la UE sin acuerdo negociado, pero lo contrario
tampoco garantiza una gestión ordenada de las empresas usuarias: haya o
no un periodo de transición, empresarios y conductores de camiones no
serán autorizados a subir o bajar del ferry ni a acceder al puerto sin
los documentos fronterizos adecuados que confirmen que sus productos
cumplen las normas.
La NVWA también ha contratado a
cientos de veterinarios para manejar el aumento de las inspecciones a
los alimentos, subraya su jefa de importaciones, Liesbeth Kooijman,
frente a los más de 900 agentes de aduanas que se han reclutado desde el
año pasado para el trabajo adicional que tendrá el Puerto de Rotterdam.
La AP asume que al menos 400 camiones diarios "estarán estancados" en
el puerto porque no tendrán sus papeles en regla y, para evitar
interrupciones en el tráfico y retrasos para los demás transportistas,
el puerto ha establecido cinco nuevas áreas de estacionamiento
adicional, con espacio para más de 700 camiones.
Los
remolques podrán aparcar un máximo de 24 horas hasta arreglar su
documentación, registrarse e informar de su carga correctamente, lo que
les dará acceso a las terminales de ferry en Vlaardingen (Rotterdam)
para continuar su trayecto.
Además, compañías de
ferry, grupos de interés y autoridades portuarias de Rotterdam y
Ámsterdam han desarrollado "Portbase", un software especial que ayudará a
las empresas a evitar problemas con los papeles en el transporte de sus
contenedores y, a través de un método 100% digital y automatizado,
permitirá reutilizar los datos en un futuro.
Dijk
advierte de que "se está intentando hacer todo lo posible" para evitar
el caos, sobre todo el primer día del "brexit", aunque reconoce que "es
un proceso difícil de organizar" porque, por ejemplo, los espacios de
estacionamiento adicional requieren autorizaciones de seguridad y de los
residentes locales, y los británicos siguen rechazando el acuerdo de
salida propuesto, ignorando las consecuencias de un brexit.
Mientras en Bruselas se suceden las reuniones sobre este asunto, las
compañías almacenan provisiones dentro del muelle, aprovechando que no
tienen que pasar por controles de exportaciones a un país extranjero, y
Holanda asume lo peor para que un nuevo rechazo del Parlamento británico
al acuerdo de salida no le pille desprevenida.
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