miércoles, 20 de marzo de 2019

El Banco de España mantiene en el 2,2 % su previsión de crecimiento para 2019

MADRID.- El Banco de España mantiene sus previsiones de crecimiento del PIB para el periodo 2019-2021 en su nueva actualización, publicada este miércoles. Así, prevé que la economía española crezca un 2,2% este año, para después desacelerar su crecimiento hasta el 1,9% en 2020 y hasta el 1,7% en 2021.

La institución que gobierna Pablo Hernández de Cos explica que la ausencia de revisiones respecto a las proyecciones que realizó en diciembre se debe, en el corto plazo, a que se compensan entre sí el comportamiento reciente de la actividad, "algo más dinámico de lo esperado", con el empeoramiento de las perspectivas por el deterioro del contexto exterior.
En el resto del horizonte de proyección, argumenta el Banco de España, la valoración más desfavorable de los mercados exteriores respecto a las previsiones que efectuó en diciembre "tiende a verse compensada" con la revisión a la baja de los precios del petróleo y las expectativas de que los tipos de interés permanecerán en niveles "muy reducidos" durante un plazo más largo de tiempo.
La entidad subraya que sus proyecciones anticipan la prolongación de la fase alcista del ciclo, de forma que el crecimiento seguirá apoyándose en las mejoras competitivas logradas desde el inicio de la crisis, el tono "acomodaticio" de la política monetaria, la mejora de la situación patrimonial de empresas, familias e instituciones financieras y, en el corto plazo, en los efectos de las medidas fiscales expansivas que se aprobaron a mediados del año pasado.
"El dinamismo de la demanda interna ha compensado el deterioro del contexto exterior, de modo que no se ha producido una desaceleración de la actividad como la registrada en el conjunto de la UEM. En particular, el consumo privado ha seguido mostrando una notable fortaleza", subraya el Banco de España.
En todo caso, precisa la institución, el PIB se irá desacelerando a lo largo del periodo 2019-2021 por la progresiva atenuación de los efectos positivos de la política monetaria sobre las condiciones de financiación de la economía, la moderación en el ritmo de avance del consumo de las familias, lo que les llevará a aumentar su tasa de ahorro y, a medio plazo, por el tono neutral de la política fiscal.
Sobre la evolución del primer trimestre, el Banco de España destaca que el PIB mantuvo un "notable dinamismo" en este periodo, con un crecimiento del entorno del 0,6%, una décima por debajo del trimestre anterior, pero el mismo ritmo que se registró en los tres primeros trimestres de 2018.
Este crecimiento del 0,6% entre enero y marzo se apoyará en la demanda nacional, ya que la externa no contribuirá al avance del PIB, según las estimaciones del Banco de España, que sitúan el ritmo interanual del crecimiento del empleo en el primer trimestre en el 2,5%, una décima menos que en el trimestre precedente.
Precisamente la demanda nacional seguirá siendo el motor de la economía española en el periodo 2019-2021, aunque su aportación positiva se irá moderando a lo largo de estos años, con un crecimiento del 2,3% este año y del 1,7% en 2021. El principal componente de la demanda que tirará al alza será el consumo privado, con aumentos del 2% este año, del 1,7% el que viene y del 1,4% en 2021, entre una y dos décimas más que la estimación previa.
En cambio, el Banco de España ha revisado a la baja el crecimiento de la inversión de capital por el desfavorable contexto exterior. En concreto, aumentará un 3,9% este año, ocho décimas menos que lo estimado en diciembre; mientras que la inversión en equipo registrará un crecimiento del 3,2%, 1,8 puntos menos que lo previsto anteriormente. Por el contrario, la inversión en construcción crecerá en 2019 un 4,6%, una décima más que la estimación previa.
Por el lado de la demanda externa, la contribución negativa que actualmente presenta al avance del PIB (restará una décima en 2019) se moderará de aquí a 2021, cuando será neutral. Las exportaciones crecerán este año un 3,3% para situarse en el 4% en 2020 y en 3,9% en 2021, mientras que las importaciones aumentarán un 3,6% en 2019, se elevarán un 4,6% al año siguiente y crecerán un 3,9% en 2021.
Por lo que respecta al empleo, el Banco de España proyecta una moderación de su ritmo de avance, tras el "notable dinamismo" de los últimos años. Así, la creación de puestos de trabajo, con un crecimiento del empleo del 1,6% en los tres años analizados, situará la tasa de paro en el 14,2% este año (una décima menos que la estimación de diciembre) y en el 2021 se situará en el 12,3%.
En el ámbito de los precios, estima que el IPC general situará su variación media anual en el 1,2% este año, cuatro décimas menos que lo estimado con anterioridad; en el 1,5% en 2020 y en el 1,6% en 2021, en un contexto de cierta estabilidad de los precios energéticos.
El Banco de España explica que la revisión a la baja de la inflación es reflejo de que la evolución reciente de los precios ha sido menos dinámica de lo anticipado en diciembre, lo que sugiere, en su opinión, que la traslación a precios de los aumentos salariales recientes está teniendo lugar "de forma más contenida" que en el pasado.
Por su parte, la autoridad monetaria ha empeorado en una décima la estimación de déficit público para este año, hasta el 2,5% del PIB, pero mantiene en el 2% y en el 1,8% las previsiones para 2020 y 2021, respectivamente, con una política fiscal expansiva este año y neutral el resto de los ejercicios. Así, el consumo público crecerá un 1,8% este año, dos décimas más que las anteriores previsiones, coincidiendo con un año en el que se celebrarán elecciones generales, autonómicas, municipales y europeas.
Según la autoridad monetaria, los ingresos públicos crecerán en línea con las bases impositivas, que dependen principalmente del contexto macroeconómico, mientras asume que el gasto en pensiones evolucionará de forma acorde con los incrementos aprobados para 2019 y, posteriormente, en función de la fórmula de revalorización establecida en la legislación y del envejecimiento de la población. Por otro lado, vincula las prestaciones por desempleo a la evolución del paro, y los pagos por intereses de la deuda, a la evolución del endeudamiento público y de los costes de financiación.
El Banco de España afirma que los riesgos a este escenario central de crecimiento del PIB se orientan a la baja. Entre los de naturaleza externa, destaca la "mayor debilidad" del contexto exterior y, en particular del área del euro; la "indefinición" de los detalles de la salida del Reino Unido de la UE y la incertidumbre sobre la posible adopción de nuevas medidas proteccionistas a nivel global.
En el ámbito interno, el organismo sigue insistiendo en que persiste un "elevado grado de incertidumbre" acerca de la orientación futura de las políticas económicas y, en concreto, de la reanudación del proceso de consolidación fiscal, que es necesario, añade, para reducir la vulnerabilidad de la economía.
También con este último objetivo, afirma que sería "deseable" que la magnitud de las alzas salariales se acompase a las circunstancias concretas de cada empresa o sector y, en particular, a los crecimientos de productividad, "evitando subidas generalizadas" para el conjunto de la economía, desligadas de esas condiciones específicas.
Además, asegura que los mecanismos de fijación de precios y de salarios deberían permitir un "grado de flexibilidad" suficiente como para adaptarse, en caso necesario, a un entorno de mayor desaceleración de la actividad, al objeto de limitar las eventuales pérdidas de actividad y empleo.

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