TOKIO.- El índice de precios al consumo (IPC)
de Japón subió un 0,8 por ciento interanual en el último ejercicio
debido sobre todo al aumento de los costes energéticos, informó hoy el
Gobierno nipón.
El incremento del indicador, que
excluye los precios de los alimentos por su alta volatilidad, muestra un
ligera aceleración respecto al aumento del 0,7 % interanual registrado
en el ejercicio 2017, aunque todavía está lejos de la meta del 2 % del
Banco de Japón (BoJ).
Sin contabilizar ni los alimentos frescos ni los precios
energéticos, el indicador avanzó un 0,3 % en el ejercicio comprendido
entre abril de 2018 y el pasado mes de marzo con respecto al mismo
periodo del año precedente.
Solo en marzo, el IPC
nipón subió también un 0,8 % respecto al mismo mes de 2018 sin incluir
los alimentos frescos, mientras que en comparación con febrero los
precios se mantuvieron sin cambios.
El avance
interanual de marzo, el vigésimo séptimo consecutivo, es idéntico al
registrado en febrero y se debió igualmente al encarecimiento de los
costes de la energía, según muestran los datos del ejecutivo.
La
subida de los precios de los carburantes, la luz y el agua, del 5,1 %
interanual, fue el factor que más contribuyó al alza del IPC en marzo,
seguido del encarecimiento de los muebles y utensilios para el hogar
(1,5 %) y de los servicios médicos (1,3 %).
El
transporte y las comunicaciones fue el único sector que experimentó una
caída de precios el mes pasado, del 0,3 %, al margen de los alimentos,
que se abarataron en la misma medida.
El BoJ puso en
marcha en 2013 un amplio programa de flexibilización monetaria para
situar la inflación en el 2 %, aunque este objetivo se ha retrasado en
varias ocasiones por la caída en los precios del crudo desde fines de
2014 y la entidad se ha visto obligada a tomar medidas adicionales para
lograr su consecución.
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