BOGOTÁ.-
Colombia ha logrado contener un aumento de cinco años en la producción
de cocaína, según el gobierno de EE.UU. Así, se reduce el riesgo de que
el presidente Donald Trump cumpla su amenaza de recortar la ayuda y los
préstamos que recibe el país.
Según
el informe anual de la Oficina de la Política Nacional para el Control
de Drogas de la Casa Blanca, la producción potencial de cocaína cayó
1,4% el año pasado, a 887 toneladas, desde un récord de 900 toneladas en
2017.
La
producción de esta droga en Colombia se cuadruplicó con creces entre
2012 y 2017, según cifras de EE.UU., lo que provocó un caos violento en
zonas rurales y que Trump amenazara con "descertificar" a Colombia como
socio en la guerra contra la droga. Esto pondría al aliado más cercano
de EE.UU. en Suramérica en la misma infame categoría que Nicolás Maduro
de Venezuela, y quitaría al país cierto apoyo financiero y préstamos.
El
informe de la Casa Blanca traerá alivio al gobierno del presidente Iván
Duque, que intensificó los programas de erradicación después de asumir
la presidencia en agosto pasado.
Duque
quiere reanudar la fumigación aérea con herbicida de las plantas de
coca, de cuyas hojas se extrae la droga. El gobierno anterior suspendió
esta actividad en 2015 después de que un informe de la Organización
Mundial de la Salud revelara que el herbicida glifosato era
probablemente cancerígeno.
Duque
se enfrenta a desafíos políticos y jurídicos para poder reanudar la
fumigación. Entretanto, el gobierno ha enviado equipos de civiles para
desenterrar los arbustos de coca a mano, acompañados por escoltas
policiales. Los grupos armados ilegales que se benefician del comercio a
veces atacan a los equipos de erradicación con disparos de
francotiradores y plantan minas terrestres en los campos de coca. Al
menos 11 personas murieron y 84 resultaron heridas en operaciones para
erradicar la coca este año.
El
aumento en la producción también se atribuyó a una variedad de otras
causas, como la caída del precio del oro —que redujo las ganancias en la
minería ilegal, otra fuente importante de ingresos para la mafia— y el
debilitamiento del peso —que incrementó el valor de las exportaciones de
cocaína en moneda local.
Incluso
después de la caída en la producción del año pasado, Colombia aún
produce más cocaína que Perú y Bolivia en conjunto, y más que en la
década de 1980 e inicios de 1990, cuando el cartel de Medellín de Pablo
Escobar esparcía el terror.
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