BRASILIA.- La Segunda Sala de la Corte Suprema de Brasil denegó este miércoles dos "habeas corpus" del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva,
que seguirá en la prisión donde permanece desde abril de 2018, al
tiempo que pospuso el debate sobre la actitud del juez y ahora ministro Sergio Moro, que le condenó.
Aunque
habían sido retirados de su agenda para este martes, la Segunda Sala
acordó juzgar dos recursos que pedían dejar en libertad al exmandatario:
uno por supuestos vicios en el juicio de tercera instancia y otro por sospechas contra el exjuez y ahora ministro Moro, quien le halló culpable de corrupción.
La
primera acción juzgada era una apelación contra una decisión del
Supremo Tribunal de Justicia que en tercera instancia rechazó a mediados
del año pasado la libertad del exmandatario.
Según cuatro de los cinco magistrados de la sala, la decisión tomada en su momento por el Supremo Tribunal de Justicia no violó el marco legal, como sostenía la defensa de Lula.
Aun así, los jueces todavía debían decidir sobre otro 'habeas corpus'
presentado por la defensa del exmandatario en el que se solicitaba
revisar el proceso bajo la sospecha de que el entonces juez Sergio Moro
había tenido un comportamiento "parcial" y ajeno al Estado de derecho.
Este
segundo recurso comenzó a ser juzgado a fines del año pasado pero la
sesión fue suspendida porque el juez Gilmar Mendes, uno de los miembros
de la Segunda Sala, solicitó más tiempo para analizar el caso.
Para
ese momento ya se habían pronunciado por denegar el 'habeas corpus' los
jueces Carmen Lucia Antunes y Edson Fachin, pero al ser retomada la
audiencia este martes Mendes fue favorable al recurso.
Esa posición fue seguida también por el juez Ricardo Lewandowski, pero el último en votar, el magistrado Celso de Melo, también rechazó la petición de la defensa, con lo que Lula seguirá en la cárcel por una ajustada decisión de tres votos frente a dos.
Los magistrados, además de dejar a Lula en prisión, postergaron para el segundo semestre el debate sobre la conducta del exjuez y actual ministro de Justicia, quien dictó la condena del exmandatario.
Las dudas sobre la forma en que Moro realizó el juicio contra Lula
aumentaron las últimas semanas cuando se divulgaron mensajes que el
exmagistrado supuestamente intercambió durante el proceso con fiscales
de la operación anticorrupción Lava Jato, que llevó al exmandatario a
prisión.
La Segunda Sala, sin
embargo, juzgó un recurso anterior, que acusa a Moro de "parcial" y dice
que esa tesis se "demostró" el año pasado, con el nombramiento del
exjuez como ministro en el Gobierno del presidente Jair Bolsonaro, líder
de la ultraderecha y principal antagonista político de Lula.
Los
mensajes que complican el caso fueron intercambiados en la época del
juicio a través de la red de mensajería Telegram y pueden sugerir que
Moro dirigió de alguna manera las investigaciones de los fiscales del
Ministerio Público, lo que está expresamente prohibido por la ley.
Moro ha negado con vehemencia la "autenticidad" de esos mensajes,
que fueron obtenidos por el portal The Intercept con un pirata
informático, y ha afirmado que su actuación como juez estuvo fuera de
toda sospecha.
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